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Un periodista del diario Olé murió ahogado en Brasil mientras estaba de vacaciones

Marcelo Pagliaccio tenía 32 años. Se desvaneció de golpe en una zona de poca profundidad.

El periodismo deportivo argentino tuvo en la tarde de este miércoles una de esas noticias que duelen y que resultan imposibles de creer. El periodista de Olé Marcelo Pagliaccio falleció en Brasil, donde vacacionaba junto a sus amigos, por causas que aún se investigan.

 

Según comunicaron desde el medio deportivo en el que se desempeñaba hace una década, el periodista de 32 años se metió al mar al regreso de una fiesta al amanecer en Florianópolis junto a sus amigos y se desvaneció. Los intentos por reanimarlo no dieron sus frutos.

 

"El Olé más difícil de hacer",fue la editoral con la que el diario despidió este jueves a "Paglia", como lo llamaban sus colegas y amigos.

 

En tanto, las redes sociales se hicieron eco rápidamente de esta trágica noticia y mostraron su conmoción. Hubo varios mensajes de lamento y apoyo a sus familiares y amigos.

 

Apenas conocida la noticia, desde Olé escribieron el siguiente texto:

 

"Dolor y más dolor. Porque se nos fue un gran pibe. Porque tenía mucho por vivir. Porque Paglia, como lo llamábamos todos, era eso: un gran pibe. Olé está de luto. Porque la muerte de Marcelo Pagliaccio es una mierda. Porque no queremos escribir más sobre compañeros que deberían estar con nosotros y no están. Porque tenía 32 años. Porque desde que llegó hace diez años y se sumó a la movida digital que recién arrancaba en Olé, creció como periodista con todos. Porque ese fanático del fútbol italiano y de la Fiorentina en particular, era un potente goleador y llevaba la ironía a flor de piel".

 

¿Cómo entender o aceptar que de vacaciones soñadas en Florianópolis te pase esto? Ver el amanecer y meterse al mar con la salida del sol se transformó en el plan fatal. Los datos médicos confirmarán si se desvaneció, si tuvo un problema cardíaco y después se ahogó, pero qué nos importa. Las mañanas de Olé no tendrán más su humor ni sus enojos, sus risas y sus broncas, su predisposición constante. Porque ese pibe que se venía generalmente bien temprano de Derqui a Constitución a laburar todos los días se nos fue muchísimo antes de lo que debía. El dolor nos impide escribir mucho más porque estamos de luto y sólo queremos llorar"

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