Un "monumento a la ola verde"
Y no es para menos considerando las características de este edificio: se calienta y refrigera mediante la acción de microalgas.
El primer edificio construido con fachadas "biorreactivas", compuestas por paneles de vidrio con multitud de microalgas, fue inaugurado en Hamburgo (Alemania). Costó US$6,5 millones pero, según parece, sus ventajas ecológicas parecen justificarlo.
La bio-construcción, llamada BIQ (), consta de cuatro pisos y 15 departamentos cuyos 129 paneles (de 2,5 x 0,7 metros) que conforman la fachada son movibles para facilitar el desarrollo de las algas que cumplirán su rol de aislantes del ruido exterior y transformarán la luz solar en combustible para calefaccionar o refrigerar el interior.
"Las algas viven y circulan, teniendo dos funciones: primero generar biomasa que podría usarse como fuente de energía, ya que puede extraerse y transformarse en biogás; y, segundo, acumulando el sol que no es absorbido por las algas", señaló Jan Wurm, integrante del equipo de la empresa que diseñó el edificio.
En definitiva, es un innovador concepto de vivienda que tiene por objeto garantizar la máxima versatilidad de diseño para la vida cotidiana y con una visión de vida urbana futurista.