Un mal de la sociedad sedentaria
Una encuesta revela cifras alarmantes en materia de sobrepeso y obesidad, que exigen una política de Estado para promover buenos hábitos alimentarios y actividad física.
Es difícil que un paciente –de cualquier edad– salga de una consulta médica o de un chequeo de rutina sin la consabida recomendación: tiene que incrementar su actividad física. Más difícil aun es que ese paciente siga el consejo de su médico durante mucho tiempo. Y si es que al principio acata la prescripción, poco a poco la va abandonando, por múltiples causas.
Es que la sociedad conduce cada vez más a sus integrantes hacia el sedentarismo, un estilo de vida que imponen los tiempos modernos.
Se camina cada vez menos, las jornadas laborales son prolongadas y en la mayoría de ellas la actividad física, el trabajo manual, es cada vez menor; las prácticas deportivas son muy esporádicas; el tiempo escaso y el cansancio conducen a comer rápido y mal y a recurrir con frecuencia a comidas preelaboradas. Y a la hora de las distracciones, entre el televisor y la computadora, entre el control remoto y la navegación por Internet terminan por edificar el cerco de inmovilidad en que queda encerrado el hombre tipo de la actual época.
Las consecuencias fueron reveladas por las cifras de la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR), a partir de la muestra que el Ministerio de Salud de la Nación realizó entre 2005 y 2009 en todo el país. En esos cinco años, en Córdoba se sumaron 107.458 personas mayores de 18 años con exceso de peso, lo que lleva la cifra de quienes tienen kilos de más a 894.747 personas, 52,2 por ciento de la población de esa edad.
Para determinar el exceso, la ENFR toma un índice usado mundialmente –IMC (índice de masa corporal)–, que establece una relación entre el peso y la altura. Según el IMC, en Córdoba, de ese 52,2 por ciento, el 36,2 por ciento acusa sobrepeso y el 16 por ciento restante es obeso.
Aunque pueda servir de consuelo que el promedio a nivel nacional sea superior (53,4 por ciento, con 35,4 de sobrepeso y 18 por ciento de obesidad), se trata de cifras muy altas, que deben ser tomadas con seriedad, como factores de riesgo para la salud de la población.
Muchas son las enfermedades que se derivan del exceso de peso y, contra lo que podría concluirse tras un análisis superficial, este flagelo avanza en todos los estratos sociales y no hace diferencias entre varones y mujeres ni entre pobres y ricos.
El Ministerio de Salud de la Nación lanzó la campaña "Argentina 2014 Libre de Grasas Trans", con la intención de reducir las grasas en los alimentos que se producen en el país. El otro factor es el sedentarismo.
Se hacen necesarias, entonces, campañas más intensas, con políticas de Estado que promuevan los buenos hábitos alimentarios y la actividad física.
Sin dudas que el erario público sufrirá menos por los gastos en salud y los ciudadanos mejorarán su calidad de vida.