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Un kiosco fue asaltado 31 veces

Un delincuente armado asaltó un kiosco ubicado en el barrio platense de Altos de San Lorenzo, en momentos en que en el local había dos empleadas y cuatro clientes, y los dueños del negocio denunciaron que, en total, ya sufrieron "por lo menos" 31 robos en los 20 años de existencia.

El último episodio se produjo en la tarde de ayer, a las 14:15, en el kiosco ubicado en la esquina de las calles 27 y 78, de esta ciudad.

Tras el asalto, el ladrón, un joven de aproximadamente 25 años, huyó en la moto de color rojo con la que había llegado, acompañado por una chica que lo esperó en ese rodado, según lo señalado por el diario El Día de esta ciudad.

Todo sucedió en momentos en que dentro del local había dos empleadas -aunque una de ellas permaneció en el baño al percatarse del asalto- y cuatro clientes.

Según lo señalado, el delincuente ingresó con un arma de fuego, ordenó a quienes estaban en el salón de ventas que fueran hacia el fondo del negocio, los hizo tirar al piso y minutos después se dio a la fuga con dinero en efectivo, teléfonos celulares, un cartón de cigarrillos y numerosas tarjetas telefónicas.

El dueño del kiosco, Juan González, de 57 años, profundamente indignado por lo sucedido, decidió no hacer la denuncia policial, porque -según dijo- "es para hacer perder tiempo y no resuelven nada".

De acuerdo con lo relatado al diario platense por Germán González, de 21 años, hijo del comerciante, el ataque protagonizado por el delincuente fue violento y del robo no se salvó nadie.

"Ni bien entró le pegó a un chico que estaba como cliente y que estaba hablando por su teléfono celular, al que se lo arrebató. Y a una clienta la agarró de los pelos. En ese momento había unas cuatro personas esperando para hacer sus compras y les robó a todas", relató.

Enseguida, dijo que "del negocio se llevó la recaudación, muchas tarjetas telefónicas y un cartón con atado de cigarrillos".

El joven hizo saber después que además de robar al negocio y a los clientes, a dos de los cuales maltrató físicamente, el delincuente "hizo ir para el fondo del kiosco a la empleada y al
público, para enseguida ordenarles que se tiren al suelo, siempre mientras les apuntaba con el arma".

"La única persona que zafó de esa situación fue una de las empleadas, porque cuando cayó el delincuente justo había ido al baño. Y como se dio cuenta de lo que estaba pasando en el sector de ventas, entonces decidió quedarse ahí hasta que se fuera el ladrón, que ni se enteró de que había alguien más", consignó.

Señaló que "todos acá estamos hartos de los asaltos. Mi viejo de la bronca ni quiso ir a hacer la denuncia a la comisaría 8va. Y calculamos que en los 20 años que está este kiosco, habrán robado por lo menos 31 veces. Y creo que nos quedamos cortos. El anterior había sido poco antes de las Pascuas".