Un juego corto y contradictorio
* Por Daniel Fernández Canedo. La noticia de que algunas marcas importantes de autos importados decidieron no participar del Salón del Automóvil 2011 muestra otra faceta de la Argentina de estos días.
Las restricciones oficiales a las importaciones, por medio de decretos o de mecanismos con altas dosis de arbitrariedad, van generando sus efectos .
La semana pasado se frenó la entrada de muñecas Barbie o de muñequitos de Power Rangers. Hay autos de alta gama que hace más de un mes están frenados en los puertos. Pueden ser considerados productos superfluos , pero que sacan a la luz la preocupación oficial por evitar cualquier sofocón cambiario en la primera parte del año El consumo crece, y por eso las importaciones lo hacen con fuerza. Y si bien no hay grandes riesgos , sí existe la posibilidad de que los dólares del superávit comercial (diferencia entre exportaciones e importaciones) se vean sensiblemente disminuidos este año .
Probablemente todo tenga este estilo hasta que empiecen a entrar los tan esperados dólares provenientes de la exportación de maíz y soja.
Los más de US$ 25.000 millones que se esperan por la cosecha de soja comenzarían a ingresar a partir de la segunda semana de abril. Y desde ese momento, con más dólares en la caja, los ánimos oficiales podrían serenarse un poco , o por lo menos se les haría menos necesario recurrir a manotazos con altas dosis de arbitrariedad.
Mientras tanto, el Gobierno insiste con su política de polos enfrentados . Por un lado pone trabas a la importaciones echando mano a decretos, presiones y aprietes. Y, por el otro, les reclama a los empresarios, que soportan cambios constantes en las reglas de juego, que inviertan y confíen.
Todo parece girar en torno de un juego corto. El largo plazo no figura en la agenda .