Un japonés viajó por un día para ver la Superfinal pero debió volver a su país y se perderá el Boca-River
Isamu Kato llegó desde Tokio con la única misión de presenciar el partido entre Boca y River en la Bombonera.
Isamu Kato no dudó y emprendió desde Tokio un viaje desgastante hasta Buenos Aires con el único propósito de presenciar en la Bombonera el partido de ida de la Superfinal de la Copa Libertadores entre Boca y River. Tan grande es su pasión por el xeneize que emprendió una odisea de 33 horas para estar menos de 24 en Argentina. Pero la lluvia conspiró contra su deseo y emprende el regreso sin haber podido ver en cancha a su querido Boca Juniors.
"Vuelvo esta noche a JAPON para trabajar", le contestó el nipón a otro hincha de Boca en Twitter. Su historia de fanatismo se viralizó y fueron cientos los que le escribieron. Se quedará con las ganas de ver a su equipo en cancha, pero confía en que los dirigidos por Guillermo Barros Schelotto ganarán la copa y estarán en el Mundial de Clubes: "Nos vemos en Dubai", escribió confiado.
Isamu, de 31 años, fanático de Boca, viajó de su Japón natal a la Argentina sólo para ver la Superfinal de la Copa Libertadores en la cancha. Fue una odisea de 33 horas entre aviones y aeropuertos que deberá repetir muy pronto: apenas estará 24 horas en el país.
"33 horas desde Tokio. 24 horas en Buenos Aires. La Copa Libertadores es mi obsesión", publicó Kato en su cuenta de Twitter esta madrugada, apenas llegó a Buenos Aires. Y sumó un video suyo cantando un clásico tema de la hinchada de Boca en los pasillos de Ezeiza, vistiendo los colores de su pasión: azul y oro.
"El avión se retrasó pero llegué a salvo para ver la final en Buenos Aires. Restan 11 horas hasta el comienzo y 19 horas para regresar a casa. Me divierto", publicó minutos después, cuando el agua ya empezaba a caer en la Ciudad y alrededores.
La posibilidad de la suspensión de la final ante River por la lluvia encendió las alarmas del japonés, que escribió: "La lluvia comenzó a caer muy rápido y hay truenos. Esperemos que el partido se pueda llevar a cabo". Su mal augurio se confirmó esta tarde. La lluvia inundó el campo de juego y la Conmebol decidió suspender el encuentro.
Según el diario Olé, Kato vive en la ciudad de Saitama y trabaja en una empresa que se dedica a empacar productos alimenticios y medicinales. Fue en el 2000, cuando el Boca de Bianchi le ganó la Copa Intercontinental al Real Madrid, que el entonces chico de 12 años se enamoró del Xeneize.
"Lo vi por la tele, llevamos más de diez mil bosteros, fue único", explicó. Desde ese día su pasión por los colores se agigantó y Kato viajó ocho veces (esta es la novena) a Buenos Aires para alentar al equipo de La Ribera.
Kato ya había sido noticia en 2016 por ir a alentar a Los Pumas y por ser el único hincha de Argentina en el Mundial Sub 20 de Corea en 2017.