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Un informe revela 3.677 abusos en la Iglesia católica alemana

1.670 religiosos están implicados en este "problema masivo", en el que la mitad de las víctimas tenían menos de 13 años.

Que en la Iglesia católica alemana también se han cometido abusos sexuales a menores era conocido. Un documento filtrado a la prensa alemana detalla ahora la espeluznante magnitud de esos crímenes. El informe interno encargado por la Conferencia Episcopal alemana (DBK) y filtrado a la prensa indica que el abuso sexual a menores ha sido una práctica muy extendida en los últimos 70 años. El trabajo de investigación documenta 3.677 casos de abusos sexuales cometidos por miembros de la Iglesia a menores, la mayoría de ellos varones y la mitad de ellos como mucho de 13 años.

Preguntada por este diario, la Conferencia Episcopal alemana remitió a un comunicado emitido la tarde del miércoles en el que aseguran: "Somos conscientes de la magnitud del abuso sexual, lo que queda demostrado por los resultados del estudio. Es opresivo y vergonzoso para nosotros. Hace cuatro años encargamos el estudio y nosotros, los obispos en particular, nos enfrentamos a los resultados". Los obispos lamentan sin embargo la filtración del documento que tienen previsto hacer público a finales de mes y que aseguran que no conocían ni siquiera aún muchos miembros de la institución.

"El objetivo del estudio, en el que participaron las 27 diócesis de Alemania, es obtener más claridad y transparencia sobre este lado oscuro de nuestra Iglesia, no solo por el bien de los afectados, sino también para ver por nosotros mismos las faltas y hacer todo lo posible para que no se repitan", añade el comunicado.

El documento cifra en 1.670 los curas que habrían perpetrado abusos a menores, lo que según detalla Die Zeit, junto con Der Spiegel, uno de los medios que ha obtenido el informe supondría un 4,4% de los sacerdotes en ese determinado periodo de tiempo. En uno de cada seis casos se trata de una violación. Hasta un 25% de los casos de abusos se produjeron en la iglesia o gracias a una relación pastoral con el menor.

Los investigadores advierten de que sus hallazgos podrían ser solo la punta del iceberg. Que el número de casos podría ser mayor de los que en el informe han sido capaces de documentar. Estiman que muchas de las víctimas no han dado el paso de denunciar. Consultados por este diario varios de los autores de la investigación han declinado comentar las conclusiones de su trabajo, que de momento no es público.

El informe es fruto del trabajo de siete investigadores llevado a cabo durante cuatro años y medio y basado en el análisis de documentos y entrevistas. En 2014, la propia Conferencia Episcopal alemana (DBK) anunció la puesta en marcha de una investigación que llevaría a cabo un equipo interdisciplinar procedente de tres universidades, en el que figuran criminólogos, gerontólogos y psicólogos. Está previsto que los resultados se presenten oficialmente el próximo 25 de septiembre.

En el estudio los académicos analizan hasta 38.000 documentos. Los autores advierten sin embargo, según recoge la prensa alemana, que en algunos casos hay evidencias claras de que "pruebas relacionadas con abusos a menores han sido destrozadas en el pasado". Señala también las limitaciones a las que se han visto sujetos los investigadores. "Todos los archivos fueron revisados por el personal diocesano o por abogados designados pos ellos". Los investigadores en definitiva, no tuvieron acceso independiente archivos de la iglesia.

En cuanto a los perpetradores, el estudio señala que un tercio ha sido juzgado de acuerdo con el derecho canónico y en los casos en los que se impusieron sanciones, fueron menores. Lo habitual sin embargo era trasladar de diócesis a los sospechosos sin alertar a la parroquia de destino de los motivos del cambio. Hasta un 4% de los acusados siguen en activo, según Der Spiegel.

La Conferencia Episcopal alemana decidió encargar el estudio después de que una oleada de denuncias sacudiera la institución en 2010. Dos años más tarde, cerca de un millar de víctimas se acogió a un programa de indemnizaciones ofrecidas por la iglesia católica.

Fuente: El País