Un ex juez fue condenado a prisión en una casa embrujada
Juan Bernardi fue sentenciado a cinco años por participar en su chacra de fiestas sexuales con chicas carenciadas.
El ex juez penal de Viedma Juan Bernardi fue condenado a cinco años de prisión en una "casa embrujada", por el delito de "promoción de corrupción de menores", acusado de participar en su quinta de fiestas sexuales con chicas carenciadas que estaban alojadas en institutos de menores dependientes del gobierno de Río Negro.
Bernardi deberá cumplir su sentencia en una casona a la que se le atribuyen "apariciones fantasmales", construida en la década del '30 con la exclusiva compañía de un guardia penitenciario. El paraje fue fundado a mediados del siglo 19 por un grupo de 10 familias de origen italiano con el propósito de fomentar una colonia agrícola.
Los lugareños, que en su mayoría viven en estancias y puestos de los alrededores, aseguran que la casona está "embrujada" y le adjudican la presencia de "fantasmas". El edificio está en medio de la nada a 70 kilómetros de Viedma, sobre la ruta 250.
Esta dependencia es administrada por la Policía Rural, que tiene allí una suerte de humilde base de operaciones en la que pueden refugiarse o calentarse un mate durante sus jornadas de vigilancia. Sin embargo, se han notificado casos de miembros de la Fuerza que se negaron a pasar la noche en la propiedad porque se escuchan ruidos extraños que aterrorizan a cualquiera, según cuentan.
En la versión de los vecinos y policías que trabajan en el área, los sonidos provienen del segundo piso de la casona, sector que fue acondicionado para que el ex magistrado atraviese su condena.
En 2014, una vecina se acercó al ministerio de Desarrollo Social de Viedma para denunciar que un grupo de profesionales y empresarios de la capital se dedicaban a organizar fiestas privadas en las que mantenían relaciones sexuales con menores en situación de riesgo. A cambio les ofrecían dinero, drogas y objetos. La Justicia provincial inició una investigación que se desarrolló a lo largo de dos años.