Un DNU para prohibir despidos hasta fin de año: que el "capitán Beto" cuide nuestros trabajos
Una ola de despidos se aproxima. El capitán Beto, como llaman muchos al Presidente en medio de esta pandemia, deberá cuidar el trabajo de cada uno de los argentinos.
La pandemia del coronavirus plantea numerosos debates. “La salud o la economía” es uno de ellos. Alberto Fernández tomó el camino correcto: primero la salud. Sin salud no tenemos economía. El Círculo Rojo, que cree que la economía está por encima de la salud, presiona al Presidente para que el aislamiento obligatorio se termine lo antes posible. Ya amenazan con despidos masivos post guerra aunque muchos ya están echando personal de sus empresas. El capitán Beto, como llaman muchos al Presidente en medio de esta pandemia, se puso los pantalones largos y demostró llevar por buen camino a nuestro país: ayudó a los que menos ingresos tienen con auxilios de dinero desde el Estado y repartió alimentos en los barrios más carenciados. Llegó la hora de tomar decisiones todavía más fuertes sabiendo que el aislamiento obligatorio deberá extenderse: deberá cuidar el trabajo de cada uno de los argentinos planteando un DNU prohibiendo despidos hasta fin de año.
Una ola de despidos se aproxima. Muchas empresas ya tomaron la decisión de echar a parte de su personal. Por citar un ejemplo, Paolo Rocca despidió a 1450 personas. Sí Techint, que cobró fortunas en dólares por la estatización de Sidor, despidió personal, me pregunto que podrá hacer una pequeña PYME o alguna empresa un poco más grande con la excusa de “se cortó la cadena de pagos”.
En diciembre del 2019, Alberto Fernández firmó un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) para establecer la doble indemnización por un periodo de 180 días en caso de “despidos sin justa causa” y “ante la necesidad de detener el agravamiento de la crisis laboral”. A pesar de eso, muchos perdieron su trabajo.
Alberto Fernández tuvo mucho coraje hasta ahora. No le tembló el pulso para tomar decisiones durísimas. Llegó el momento de plantearse una nueva batalla en esta guerra bacteriológica donde la salud es lo primero pero la economía nos da de comer.
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