Un día de fiesta le gusta a cualquiera
El domingo 24 de mayo cerca de las 22.30 lo que iba a ser una fiesta, terminó con un hombre que despertó al otro día, drogado, desnudo y desvalijado.
Un empresario gastronómico de 50 años, bien parecido y de buena billetera, pensó que iba a pasar una fiesta inolvidable, la fiesta se frustró y la travesura le costó un buen billete, tanto como 70 mil dólares y dos relojes de alta gama.
El empresario de gruesa billetera se había asegurado que dos hermosas y voluminosas señoritas llegaran a su departamento del barrio de Recoleta, un empleado suyo las fue a buscar. Fuentes de la investigación indican que el empleado que hizo las veces de chofer se salvó del accionar de las chicas porque su esposa le exigió que regresara a su casa.
El empresario pensó que era su noche y comenzó la reunión con todo: tomando buen espumante y con música ambiental para matizar el momento. Lo último que recuerda el caballero, antes de volcar es que estaba sentado en el sillón, en el que se despertó al otro día cerca de las 11, estaba desnudo, mareado, con un vibrador y una caja de preservativos junto a él.
Las chicas lo drogaron con benzodiacepina, con una dosis muy fuerte que lo dejó fuera de carrera, desnudo, robado y vaya a saber cuántas cosas más.
El sorprendido caballero cuenta, que la reunión nunca tuvo un fin sexual, que todo era para cerrar un negocio sobre un servicio para un evento a realizarse en enero de 2021, excusa poco creíble en un domingo de aislamiento, dos voluminosas y llamativas señoritas, espumante y buena música.
El empresario al momento de denunciar aportó los chats de WhatsApp y entiende que una exempleada a la cual despidió en malos términos, habría sido la entregadora, ya que conocía la casa del empresario y donde guardaba los efectos de valor, evidentemente el empresario también habría intimado con la sospechada exempleada.
Las cámaras de seguridad de la policía de la Ciudad muestran las chicas cuando abandonan el auto que le habían prestado ya que su poderosa camioneta alemana estaba en el taller. Las mujeres se mostraban muy tranquilas. Es más, las imágenes retratan a la morocha limpiando las manijas y el baúl, sacando huellas. Sin dudas saben lo que hacen y no es la primera vez que actúan.
Ninguna de las chicas fue identificada hasta el momento, y el desvalijado empresario no murió de casualidad, ya que la dosis de tranquilizante que recibió en su bebida pudo haberlo matado.
Caballeros por las dudas no se tienten: las chicas siguen esperando a algún incauto y confiado caballero que las invite a su casa…
De paso les recomiendo escuchar un viejo tema de “Los Gatos”: “Un día de fiesta”…
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