Un Congreso sin inflación
*Por Alcadio Oña. El Congreso funcionará, este año, menos que a media máquina . Tanto porque el oficialismo carece de las mayorías para imponer sus leyes, como porque estará frenado por una cadena de elecciones previas a la presidencial.
Desde marzo, hay nueve comicios provinciales anticipados. En agosto, se realizarían las primarias. Todo, más las internas partidarias. Militancia política de los legisladores, además de la que involucra a quienes buscan ser reelectos en sus bancas. El calendario ya da una idea sobre el grado de actividad previsible.
El Gobierno deberá seleccionar bien los proyectos que considere prioritarios y, a la vez, hacer un ejercicio desacostumbrado : negociar y buscar consensos. A sabiendas, también, de que la oposición pondrá la lupa sobre cada iniciativa que mande: "Nos concentraremos en lo imprescindible, para no equivocarnos", dice un diputado de ese espacio, como aceptando errores recientes.
Así o parecidas serán las sesiones que la Presidente declarará formalmente abiertas mañana. Nadie espera que reconozca el proceso inflacionario o los altos niveles de pobreza , sólo bajos para el INDEC.
Tampoco se aguarda una mención crítica que asocie a su gestión con la inseguridad , el drama que figura a la cabeza de las preocupaciones de los electores.
Por lo que toca a la inflación, el kirchnerismo la admite en los hechos, nunca en las palabras. Eso fue haber acordado un aumento del 27 % para los docentes nacionales. Muy lejos del 10,6 % anual que cuenta el INDEC. Tales dibujos son, además, los que tiran para abajo al índice de pobreza.
Lo que está fuera de toda duda es que este año el gobierno de Cristina Kirchner apelará a un recurso archiconocido, que aplicó como ningún otro : los decretos de necesidad y urgencia.