Un asteroide “potencialmente peligroso” se acercará a la Tierra este miércoles
Aunque está dentro de los objetos “potencialmente peligrosos”, la probabilidad de que choque contra nosotros es nula.
El gran asteroide 52768 (1998 OR2) se aproxima a su punto más cercano a la Tierra, a menos de 0,05 unidades astronómicas. Pero aunque pueda sonar peligroso, en realidad el riesgo es bastante poco: la roca estará este miércoles a 6,3 millones de kilómetros.
Y si bien en términos astronómicos, en el que el universo se calcula como un espacio de 90 mil millones de años luz de ancho, el espacio entre OR2 y nuestro planeta será mínimo, los científicos subrayan que no hay posibilidad de que este gigantesco cuerpo, que tiene una longitud de 2,4 kilómetros, nos llegue a golpear hoy.
De hecho, en su aproximación más cercana todavía estará aproximadamente 16 veces más lejos de nosotros que la Luna de la Tierra (la Luna orbita la Tierra a una distancia promedio de 385.000 kilómetros). Y no solo eso, sino que de momento no conocemos grandes rocas que puedan dañarnos en un futuro cercano con consecuencias devastadoras.
“No hay asteroides que tengan alguna posibilidad significativa de golpear la Tierra y que tengan un tamaño significativo”, afirma Paul Chodas, gerente del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra de la NASA en el Laboratorio de Propulsión a Reacción de la agencia en Pasadena, durante una transmisión web «NASA Science Live». “No hay ninguno en nuestra lista”.
Y además esa compilación es bastante completa, ya que los astrónomos creen que tienen controlados a más del 90% de los asteroides cercanos a la Tierra (NEO, por sus siglas en inglés) de al menos un kilómetro de ancho. Estos cuerpos serían lo suficientemente grandes como para representar una amenaza global para la humanidad en el caso de que impactara con nosotros.
Sin embargo, por paradójico que parezca, el peligro llega con los objetos más pequeños: el número de NEO por debajo del kilómetro de longitud es enorme y, además, por su tamaño, se han detectado muy pocos. Concretamente, se calcula que solo se tienen registrados el 0,05% de los NEO de entre 30 y 100 metros de longitud, mientras que tan solo conocemos el 0,01% de las rocas de menos de 30 metros. Y el peligro puede ser grande: por ejemplo, el meteorito que explotó sobre el cielo de la localidad rusa de Chelyabinsk y provocó más de 1.000 heridos y daños en centenares de casas tan solo medía 19 metros de diámetro.
En páginas como la del Centro JPL de la NASA o en el portal de NEOs de la ESA se puede comprobar en tiempo real las «amenazas» de estos objetos y la probabilidad de que su órbita coincida con nuestro paso en el espacio. Y, de momento, los avisos tienen un peligro relativamente bajo, por lo que la calma debe reinar.
“El impacto de la Tierra por un asteroide lo suficientemente grande como para causar daño en la superficie es un evento extremadamente raro, pero es un evento inevitable”, explicaron al respecto Chodas y Lindley Johnson, Oficial de Defensa Planetaria de la NASA y ejecutivo del programa de la Oficina de Coordinación de Defensa Planetaria.
El problema es que al ser empujados de un lado a otro por la acción gravitatoria de otros objetos más grandes, es difícil predecir sus órbitas a largo plazo. Y, aun así, existen planes que podrían ayudarnos a desviar una de estas rocas en el caso de que, efectivamente, suponga un peligro para nosotros. Pero, de momento, tranquilidad: OR2 solo será un espectáculo astronómico fantástico.
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