Un ángel llamado Ángeles: un repaso exclusivo sobre la corta vida de "Mumi"
Testimonios exclusivos del entorno de la joven asesinada, en una nueva edición de 70.20.HOY.
Ángeles, o "Mumi", como la llamaban los más cercanos, nunca se imaginó que alguien le iba a robar sus sueños. Ella pasaba casi inadvertida en el barrio de Palermo; era una chica introvertida, aunque en las redes sociales se manejaba diferente.
Ravignani 2360 era su lugar en el mundo: su casa, su pieza y su cama eran los espacio favoritos de Mumi. Pero allí también encontró la muerte. Ángeles nació en Capital Federal el 23 de octubre de 1996. Su hermano sanguíneo se llama Juan Cruz, con quien tenía un lindo y especial vínculo. Ambos, en 2003, quedaron viviendo con su mamá Jimena –con quien se llevaba muy bien-, tras la separación de sus padres. Sin embargo, siempre siguió teniendo una buena relación con su papá, Franklin. Los martes y jueves iba a la casa del padre y se quedaba a dormir. Los sábados también, y además, pasaba todo el domingo junto a él, momento que a Ángeles le encantaba.
Pese a tener una familia ensamblada tuvo una infancia linda. Hasta las últimas horas de su vida tuvo una buena relación con su madre, de respeto y amor. Decía que su heroína de chica era su mamá: "Admiro su fuerza de voluntad y estoy eternamente agradecida", expresó en una red social.
Mumi iba al colegio Virgen del Valle ubicado en el barrio de Colegiales desde 3° grado, un establecimiento relativamente chico, pero donde consiguió destacarse. Tanto para los maestros y compañeros era una chica de buen carácter y buen rendimiento; era el mejor promedio de toda la escuela. "Era muy buena compañera y siempre estaba atenta a quien sacaba buenas notas. Una buena piba y amiga. Tenemos dolor y bronca", declaró uno de sus compañeros de clase.
Según sus más cercanos, era una chica tranquila, de perfil bajo, pero si alguien la agredía, respondía. Le gustaba la lectura: según la bibliotecaria del colegio, siempre se llevaba libros que leía luego acostada en su cama. El último que estaba leyendo era "El retrato de Dorian Grey". Ocupada por su futuro, también iba a inglés, para sentirse más preparada para la vida. Tenía poca relación con sus compañeras fuera del colegio. No iba a ir a Bariloche el año que viene, ni salía a bailar.
Es que prefería otro tipo de actividades como el "Cosplay", un tipo de moda donde los participantes se visten con disfraces, accesorios y trajes que representan personajes de animé y manga, entre otros. Ella era Sanji Kun, en homenaje a su personaje favorito de la serie de japonesa de manga One Piece. Cada tanto ella se disfrazaba e iba a uno de los lugares favoritos entre los fans de este movimiento, el Jardín Japonés, adonde comunidades Cosplay se juntan. Realmente le apasionaba hacerlo. Una vez contó que compraba su ropa en Once, pero prefería la galería Bond Street, por la cantidad de locales de cultura manga.
Además, le gustaba el cine, una de sus favoritas era Psicosis porque la "hacía pensar". En tanto, Mafalda era la imagen de la libertad para ella.
Por otra parte, en la vida de Ángeles empezaba a nacer el amor. Tuvo dos novios, Nahuel y Lucas, y en ambas oportunidades ella fue quien cortó la relación. En los últimos meses ella contestó a través de su página de la red social Ask.fm que estaba soltera, pero que lo que esperaba con ansias era que alguien la quiera.
La vida de Ángeles parecía normal. Mientras ella estudiaba, Dominga, la empleada doméstica de la casa, solía prepararle comidas favoritas. "Comía bien. Todo lo que le cocinaba a ella le gustaba. Las tartas de jamón y queso, las milanesas y el arroz con pollo", contó Dominga.
Además, era fanática de los felinos. Sus tres gatitos eran su pasión; siempre hablaba de ellos. En una ocasión dijo que si el mundo se detuviera por un día le "gustaría entrar al recinto de los tigres y poder acariciarlos".
Ángeles Rawson era feliz, o por lo menos eso intentaba todos los días. Una vez respondió sobre cuál era el peor día de la semana: "Creo que es obvia la respuesta: el lunes", y justamente un lunes fue el último día que fue vista con vida por ultima vez. Nunca volvió al cuarto en donde era feliz.