Un acto inusual en un país áspero
*Por Ricardo Kirschbaum. Fue un acto institucional importante que la oportunidad electoral, esta vez, no alcanzó a opacarlo. Y lo fue por la invitación y por la respuesta a ese convite.
En la inauguración del primer canal aliviador del Maldonado, que descargará las aguas del arroyo en el Río de la Plata, estuvieron Mauricio Macri, Jorge Telerman, Aníbal Ibarra y Enrique Olivera . Todos han estado involucrados en la principal obra hidráulica de la Ciudad.
Olivera hizo los estudios hidráulicos cuando quedó a cargo de la jefatura de Gobierno de la Ciudad (De la Rúa se preparaba para ganar la Presidencia en 1999).
Aníbal Ibarra, que triunfó sobre Domingo Cavallo en las elecciones de 2000, obtuvo el crédito del Banco Mundial para financiar la obra. Tras derrotar a Macri en 2004, fue destituido años después por la Legislatura al encontrarlo responsable político en la tragedia de Cromañon. El macrismo fue el ariete del juicio político y el kirchnerismo ayudó a voltear a Ibarra. Paradójicamente, éste ahora se presenta a la reelección como legislador apoyando al candidato de la Casa Rosada.
Telerman era el vicejefe de Aníbal. Lo reemplazó. Durante su breve gestión preadjudicó el mayor emprendimiento hidráulico de la historia porteña.
Macri terminó una etapa de la obra que tuvo el desarrollo que se ha expuesto.
Fue un acto inusual en este país áspero en el que quienes llegan a la función pública declaran que han recibido una gestión fundida y, rápido, se declaran fundadores .
La continuidad del Estado en la democracia es fundamental. Las políticas declamadas se convierten en letra muerta .
Por eso, la módica fotografía de cuatro ex jefes de Gobierno -entre ellos apenas se toleran- posando juntos, postergando querellas políticas, es destacable. Hubiera sido justo, también, que antes se hubiera actuado con la misma conducta dando el mérito a quienes participaron de otras obras importantes . Por ejemplo, la restauración del Teatro Colón y las del Centro Cultural San Martín.