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UBA: casi 17 años después de su aprobación, rige una norma que limita el mandato de los rectores

La asamblea universitaria votó esa modificación en 2002 -la primera en 60 años-, pero recién entró en vigencia esta semana.

Los representantes de la Universidad de Buenos Aires (UBA) acordaron ponerle un freno al número de períodos consecutivos que puede ejercer su máxima figura, el rector: sólo dos y de cuatro años cada uno. Hasta acá todo suena razonable. El tema es que esta decisión, reconocida oficialmente este lunes cuando quedó plasmada en la resolución 2336/2018 del Boletín Oficial, se votó, créalo o no, en una asamblea el 2 de abril de 2002. Desde entonces, contando a Mauricio Macri, pasaron cuatro presidentes. Y casi 17 años.

El tema es complejo porque tiene dos dimensiones. Por un lado está la modificación en sí, que limita a ocho años de máxima la gestión de cualquier rector que dirija la UBA, en sintonía con los lineamientos internacionales más aceptados en materia de transparencia institucional. Porque, se sabe, quienes se enquistan demasiado tiempo en cargos de poder propician mecanismos –en general turbios- que garantizan su perpetuidad.

Un punto para destacar es que esta relevante modificación es la primera desde 1958. El contexto que propició el cambio no fue menor: corría abril de 2002, apenas unos días después de la compleja elección (con un par de asambleas frustradas...) que puso como nuevo rector a Guillermo Jaim Etcheverry, y que cerró el ciclo de 16 años de Oscar Shuberoff en el poder.

Como expresaron altas fuentes de la UBA, “la reelección dejaba de ser indefinida, y no en un contexto cualquiera. La sociedad y la política estaban convulsionadas. Era la época del ‘que se vayan todos’”.

La segunda dimensión de esta noticia es la que explica por qué pasaron 17 años desde que se votó esta normativa hasta que entró en vigencia este lunes. Para entenderlo hay que remontarse a las discusiones durante el menemismo sobre la controvertida ley 24.521, que reformó la Educación Superior en la Argentina.

Desde el Rectorado de la UBA aclararon el tema: “La Universidad de Buenos Aires se opuso a la reforma de ley de Educación Superior, o más bien, a algunos puntos específicos que ponían en cuestionamiento la autonomía universitaria. El tema era hasta dónde debía llegar esa autonomía”.

La UBA se opuso, entre otros, al artículo 34 de esa ley sancionada en 1995, que fijaba que “los estatutos, así como sus modificaciones, entraran en vigencia a partir de su publicación en el Boletín Oficial, debiendo ser comunicados al Ministerio de Cultura y Educación a efectos de verificar su adecuación a la presente ley y ordenar, en su caso, dicha publicación”.

Dicho en criollo, a la mayor universidad del país le indignaba tener que contar con la aprobación del Ministerio de Educación para consolidar sus cambios internos. Aceptarlo hubiera ido en detrimento de dos banderas que la UBA suele levantar con orgullo: por un lado, el democrático sistema de representación de los tres claustros, lo que otorga legitimidad y transparencia a los procesos internos. Y, en sintonía con esto, la autonomía, hacia afuera, en materia de política académica.

El delay de 17 años se explica en que el tema se judicializó. Desde el Rectorado detallaron que “todo comenzó antes de 2002... La UBA cuestionó judicialmente ciertos puntos y el tema llegó a la Corte Suprema. En 2017, la Corte falla algunos artículos a favor y otros en contra. Entre los que fueron en contra estableció que ante cada reforma del estatuto, hay que iniciar un proceso en el que la Universidad le avise al Ministerio, y después se publique en el Boletín Oficial”.

La publicación de este lunes cierra el ciclo de una pequeña derrota para la mayor universidad del país. Cabe preguntarse qué pasará en el futuro si a los ojos del Ministerio, los cambios que vota la UBA para su propio estatuto no resultan “adecuados”.

Por lo pronto, es una noticia de peso la restricción en la gestión de los rectores, aunque desde 2002 no haya vuelto a repetirse un mandato de más de dos períodos consecutivos. En estos años, los reelectos fueron Rubén Hallú (2006-2013) y el actual rector de la UBA, Alberto Barbieri, quien finalizará su segundo mandato en 2022. El último que podrá tener, salvo que deje pasar un período en el medio.