Turismo cultural con altura
El Mirador Rooftop Plaza de Mayo es un nuevo espacio destinado a promover nuestra cultura a través de su gastronomía, sus vinos y su historia. Desde su terraza, se pueden contabilizar 33 cúpulas. Sólo puede visitarse los días que hay actividades programadas.
En el octavo piso del histórico Pasaje Roverano (Avenida de Mayo 560), el nuevo Mirador Rooftop Plaza de Mayo, por su enclave estratégico, se presenta como el lugar ideal para disfrutar de una vista panorámica de la Plaza de Mayo.
A diferencia de otras terrazas porteñas, este proyecto -que comenzó hace tres años y que en su historial tendrá a la pandemia como una desafortunada anécdota- fue pensado para el desarrollo turístico integral del edificio.
Hernán de la Colina, emprendedor y capitán de este proyecto, explica que “el desarrollo de los destinos turísticos requiere renovar actividades. Para agrandar la cantidad de turistas es más fácil aumentar los días de estadía que lograr que vengan de nuevo”.
“Empecé a pensar que podíamos hacer para complementar la oferta de Buenos Aires que es muy interesante…”, cuenta.
Mariela Blanco: “…Y ahí encontraste esta terraza o ella te encontró a vos?
Hernán de la Colina: Nos encontramos mutuamente. En realidad esto es un modelo de trabajo mixto en base a marketing turístico. Tenemos un concesión por 15 años que creemos le aportará valor al edificio y beneficiará a los 57 copropietarios, además del público que venga a disfrutarlo.
M.B: ¿En qué condiciones estaba?
H de la C: Era un basural, con antenas y cables por todos lados.
M.B: ¿Tienen pensado hacer un After Office o restaurante?
H de la C: No. Tenemos una carta pero sólo para los días que hay actividades. Lo gastronómico es un valor agregado solamente.
M.B: ¿O sea que acá sólo se come cultura?
H de la C: Buena frase. Exacto. Este rooftop permite mirar a Buenos Aires de una manera distinta, no como espacio de nocturnidad sino para apreciar lo que Buenos Aires es.
Un diez en historia argentina
De la Colina no se equivoca. Quien suba a este mirador, créanme que se va a llevar de yapa una magistral clase de historia.
Pensemos que en un primer golpe de vista hacia el río, nos vamos a encontrar frente a frente con la línea imaginaria que separa a la etapa colonial, la gran aldea y la Buenos Aires cosmopolita.
A ver, intentaré decirlo mejor: En una fracción de segundo, estaremos captando varios siglos de historia argentina desde un único punto alto.
Los mas avezados, repasarán mentalmente una película cuyos protagonista será un fundador, algunos esclavos, cabildantes, lavanderas, un primer gobierno patrio, gente con escarapelas, revolucionarios, habitantes patricios, frailes y caballos.
En una segunda entrega de esta saga, aparecerán escenas de protestas, madres girando alrededor de la Plaza con un pañuelo blanco, veteranos, célebres carros fúnebres y festejos de mundiales de fútbol, un corralito y un helicóptero. La génesis misma de Buenos Aires, la Fundación, las Invasiones, la Belle Epoque y las distintas crisis. Todo desde un octavo piso.
Más sobre el proyecto
Se trata de un espacio destinado a ofrecer experiencias diferenciales de encuentro para el mercado local y el turismo extranjero. La idea es brindar al visitante un acercamiento único a nuestros sabores, nuestro paisaje urbano y a otros aspectos que forman parte de nuestro acervo cultural, estrechando lazos y fortaleciendo aún más a la ciudad de Buenos Aires como destino turístico.
Buenos Aires, cosmopolita, vibrante y llena de atractivos para el turismo internacional, forma parte también de esta nueva propuesta de bares en altura, que combinan excelente gastronomía, coctelería de autor y vinos de selección, con ofertas culturales y las mejores vistas de la ciudad para pasar una tarde-noche perfecta en la ciudad.
El edificio
El Pasaje Roverano conoce de adaptaciones, progreso y vanguardia. Es un sobreviviente de la piqueta implacable que requirió la demolición de propiedades a fines del siglo XIX para hacer la Avenida de Mayo, la gran vía porteña que serviría como vidriera al mundo.
En aquella oportunidad, los propietarios cedieron una parte del terreno e inauguraron más tarde una nueva fachada para tener acceso por la nueva Avenida proyectada por Torcuato de Alvear que iba a ser pionera en todo: tendría el primer ascensor de la ciudad, pasaría por debajo el primer subte y por arriba el primer colectivo.
Más de un siglo después, el Roverano ofrece a los visitantes una vista privilegiada desde el tejado de esa enorme porción de la ciudad que deslumbró a ilustres viajantes extranjeros y aún hoy enamora a locales y turistas.
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