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Triste Argentina, está rota… rotísima

Una vecina de Mar del Plata escribió una sentida carta a su intendente donde relata sus desventuras diarias y la impotencia que siente al ver que todo se derrumba. Reza por que su familia vuelva a casa y ningún dirigente escucha ese reclamo que sirve para TODOS… O “TODES” como se estila en estos tiempos. 


Previamente, Noemí, la vecina marplatense, se presenta y le vuelca en sentida misiva a su intendente las cosas que vive día a día. Comienza contando que el 15 de febrero de este año, un amigo de su hijo, que se había quedado a dormir en su casa, salió para volver a su hogar a las 9.30. A dos cuadras lo abordan dos malvivientes, le roban la bicicleta y el celular. El chico llorando y asustado regresa a la casa de su amigo temblando. Lo primero que pensó Noemí es que ese pudo haber sido su hijo. Luego, le dio gracias a Dios de que el hecho no terminó en tragedia.

Poco más de un mes después, el sábado 19 de marzo el hijo de Noemí va al centro de la ciudad balnearia con sus amigos. Allí, un desconocido se acerca y toma por el cuello a uno de los acompañantes y a su hijo y le pega sólo por placer. Los chicos llaman al 911 y la Policía nunca llega.

La secuencia continúa con otro episodio que vuelve a padecer el joven. El 25 de marzo, cuando regresaba del Colegio con un amigo, al mediodía y a la vista de todo el mundo, los amenazan con una navaja y les roban los celulares, ya que no llevaban plata. 

Ese mismo día, un compañero de trabajo, es abordado en la calle con una violencia poco común. Lo amenazan, lo tiran al piso a las patadas y ya casi inconsciente,   lo toman del cuello y le sacan las zapatillas, el celular y las otras pocas pertenecías que podía tener el trabajador. La víctima de este hecho y quien escribe la carta trabajan en una peluquería, no cobran asignación alguna del Estado y hacen malabares para llegar a fin de mes. Lo más indignante del ataque al trabajador es que ocurrió en pleno centro y todo el mundo miró sin intervenir. Es que la gente no reacciona por temor a las represalias de los delincuentes que gobiernan las calles.

El domingo 27 en la fiesta de la Falla Valenciana, que de alguna forma es la clausura de la temporada de verano, la familia fue a presenciar el monumento fallero y en el medio de la multitud, nuevamente al hijo de Noemí le robaron la billetera y su reloj, bajo amenazas de que iban a apuñalarlo. 

Después de todos estos desgraciados episodios, la sacrificada Noemí, dio gracias a Dios que al chico no le hicieron nada. 

Luego, agobiada, decide hacer catarsis con la carta y hace una defensa de los argentinos que se van, ya que sienten que ARGENTINA ES UN PAÍS SIN FUTURO NI DESTINO. Noemí percibe algo que está en la consideración de la enorme mayoría de los ciudadanos honestos que trabajan, estudian y sienten que la CLASE POLÍTICA TODA se preocupa, por ejemplo, en utilizar un lenguaje de estupideces (por el lenguaje inclusivo) y no piensa en aquellas cosas que sí son importantes, salud, educación, economía, jubilados. Termina la misiva con una frase que dice TODO, y que yo también siento hace mucho: “Triste Argentina… está rota, rotísima”, algo que también me dice mi hijo día a día, y vive en España que no es precisamente el Paraíso. Si alguno con responsabilidades institucionales le interesa, les dejo el nombre de esta sufrida y valiente marplatense: Noemí González, DNI: 31.604.368, Mail: nidymise@gmail.com

Noemí, quien escribe esta crónica, hace propias cada una de tus palabras y ruega para que alguien te escuche y atienda tus desventuras.  

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