Trigo: ¿nuevas intervenciones?
Para resolver las dificultades del mercado triguero lo mejor es abrir las puertas a la exportación, dejando de lado las cuotas.
La renuncia del gobierno nacional en abrir las puertas a la exportación de trigo está llevando a una creciente intervención estatal. Hasta ahora, y durante los últimos años, la decisión oficial ha sido autorizar la exportación de sucesivas cuotas, mecanismo que no ha permitido que los productores reciban el llamado "precio pleno" de sus productos, consistente en el precio de exportación menos la retención del 23 por ciento y gastos previos al embarque.
Intervención mediante, las cotizaciones que reciben los productores por su grano distan de aquel "precio pleno" en montos del orden de 30 a 50 dólares por tonelada, que se suman al impuesto mencionado, transformando el trigo en un negocio ruinoso. Ante esta realidad, la cartera de Agricultura procura una solución, forzando la intervención de dos cooperativas, la Asociación de Cooperativas Argentinas y Agricultores Federados Argentinos, afiliadas a la Federación Agraria y Coninagro, dos integrantes de la Comisión de Enlace. Para los impulsores del proyecto, la diferencia entre el exportador tradicional y las cooperativas es que aquellos persiguen como objetivo el lucro a diferencia de las cooperativas, cuyo propósito consiste en beneficiar a sus asociados. Bajo este atractivo lema se intenta la creación de un grupo privado privilegiado.
Con el objeto de dotar de suficientes recursos financieros a las cooperativas se recurriría a un fondo sobrante de una operación anterior de 600 millones de pesos, a tasa de interés cero. Adicionalmente se requiere algún mecanismo que garantice la disponibilidad de los ROE, es decir de permisos de exportación, que maneja el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, conocido por su reiterada tendencia a limitar exportaciones de todo tipo y color. O el propio Moreno debería dar su bendición al operativo u otra esfera del Gobierno debería garantizar esas autorizaciones, por cuanto, de no ser así, las cooperativas no podrían afrontar el riesgo de la compra de grano para exportar. Para aceitar el arranque del sistema, el Gobierno entregó permisos de exportación por 300.000 toneladas.
Pronto se verá si el sistema que procura la cartera agrícola logra sus objetivos. En todo caso, cabe señalar el peligro que significa la interferencia estatal a favor de uno u otro de los participantes en el mercado. Significa sembrar incertidumbre en los negocios y perturbar inversiones en este importantísimo sector, así como en muchos otros que observan con recelo este tipo de políticas. Más aún, hay quienes creen, y otros que lo desean, que se está transitando un camino hacia la reedición de la Junta Nacional de Granos, que sería un marcado retroceso en la política agrícola nacional.
La mejor receta para resolver las dificultades del mercado triguero consiste en abrir las puertas a la exportación, dejando a un lado las cuotas y otros subterfugios que provocaron sensibles daños.