Tres parques de diversiones signados por la desventura
Muertes, incendios y crisis en los tres Disney World que tuvo la ciudad. Cambiaron de nombre, de emplazamiento y jugaron a la mancha venenosa con los conflictos, la desidia, los desmanejos políticos y el olvido. La maldición de los parques de diversiones y el falso mito de la torre giratoria.
Todo arranca en 1911, año en que se inaugura el Parque Japonés en los terrenos donde hoy está el Parque Thays en el límite de Recoleta y Retiro.
A pocos días de haberse inaugurado, el colosal parque de diversiones sufrió un incendio. No fue el único, las llamas lo atacaron ferozmente y se decidió mudar el parque al predio que hoy ocupa el Hotel Sheraton. Pero en 1961, la crisis lo devoró como el fuego, esta vez total y definitivamente.
Por esos años, aquel primer emplazamiento que tuvo el Parque Japonés dio vida a otro edén de fantasía: el “Italpark”.
Fue el centro de atracciones mecánicas más importante de América del Sur durante la década de 1980. Tenía unos treinta y cinco juegos importados de Italia, de ahí su nombre.
Pero el destino le tenía reservada una desgracia. El 29 de julio de 1990, la muerte de una adolescente en el juego llamado Matterhorn, obligó al Italpark a cerrar sus puertas.
De todas formas, ya tenía sucesor, un competidor que había inaugurado el 21 de septiembre de 1982 en el sur de la ciudad: el Interama.
Se dice que especialistas de Disney intervinieron en su diseño. Iba a ser el Parque Zoofitogeográfico y de Diversiones de la Ciudad de Buenos Aires al estilo de San Diego, con animales sueltos en hábitats recreados para lo cual se había contemplado anexar otro terreno (el que hoy ocupa el Indoamericano).
Las obras ni siquiera comenzaron. Como tampoco nunca se terminó el cine Imax, ni llegaron los prometidos hoteles cinco estrellas.
Un traspié lo tiene cualquiera pero los indicios de que el parque arrancó “torcido” empezaron a aflorar pronto.
Apenas un año después de la inauguración, la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires le quitó la concesión a Interama por incumplimientos y balances falsos. El 1984 la MCBA se hizo cargo del Parque y lo rebautizó como “Parque de la Ciudad”.
De todas formas fue un éxito en términos de concurrencia. Estaba dividido en cinco áreas temáticas: Latino, Carnaval, Futuro, Fantasía e Internacional.
Entre otros juegos, estaban Gulliver para treparse, el Pulpo, la Vuelta al Mundo, Hidropedales, la montaña rusa Vertigorama, el Scorpion con sus 24 góndolas, el Sky Wheel, las Aerosillas, Speedway, Scrambler, las Sillas Voladoras, Alpen Blitz, Round Up, Enterprise I y II y, para cuando se iba el vértigo y llegaba el hambre, el restó ”Techos Azules”
A esta altura de la nota, sepan entender cierta nostalgia por parte de quien escribe, que se cansó de tomar el colectivo que tenía un cartel que decía “Vamos a Interama”, que bailaba parada “Never gonna give you up” de Rick Astley en el “Bamba” (cosa que estaba prohibida pero a esta altura es probable que haya prescrito cualquier eventual causa) y se iba muy tarde cuando sonaba el tema “I say a little prayer” de Aretha Franklin en las “Aguas Danzantes”.
A ver, a ver, ¿a quién se le acaba de piantar un lagrimón?
Quien recopila todos los datos sobre el Interama es Hernán Rodríguez, administrador de la cuenta de Instagram @TorreEspacialOk desde donde procura mantener vivo el recuerdo de lo que fue el gran Parque de Diversiones de los ’80 y ´90. Dialogamos con él
Periodista: ¿Cómo arranca todo este proyecto?
H.R: Son más de 20 años de recopilar e investigar desde la licitación, construcción y todo lo que se generó entorno a este lugar. En 2007 formamos una ONG para colaborar en la recuperación del parque. Un logro importante fue la ley que otorga protección a la Torre Espacial como monumento Si bien la cuenta de Instagram la administro yo, siempre cuento con la colaboración de Pablo Bolaño, Germán Peternek, Sebastián Vilas y el Ing. Omar Vázquez (Director de Obra de la Construcción de Interama)
P: ¿Qué significó para toda una generación este parque?
H.R: Creo que era un lugar mágico que, inconcluso y todo, supo generar el sentimiento para el que fue diseñado, hasta el más mínimo detalle estaba pensado para eso, para que se te graben a fuego las vivencias que tenías ahí adentro, no sólo el vértigo de algún juego, sino los sonidos, los atardeceres, las luces intermitentes, el compartir esos momentos que, principalmente cuando sos chico, te hacen sentir especial y que querés que no terminen nunca.
P: ¿Qué lo diferenciaba del Italpark ?
H.R: Interama fue diseñado como un verdadero Parque temático con mucha arboleda (más de 200 especies distintas traídas especialmente) cinco lagos, peces de colores (peces KOI traídos en avión desde Japón), caminos serpenteantes, puentes, lomadas, bermas, parquización y jardines dignos del mejor paisajismo. Los cinco sectores tendrían su temática. El servicio gastronómico, boleterías, informes, operadores. También sería algo fuera de lo que estábamos acostumbrados. Todo el personal con uniformes que variaban dependiendo del sector en el que estuvieran trabajando. En cambio el Italpark, si bien fue muy importante y marcó una época, y hasta creo que es mas recordado que Interama, era un "gran playón" donde se acomodaron juegos y servicios, tal como sucedió con el Parque de la Costa. Italpark y Parque de la Costa tienen un concepto mas cercano a "Feria".
P: ¿Como surgió el mito de la confitería giratoria y por qué creés que hay gente que sigue asegurando que lo vivió?
H.R: En 1978 Cuando recién empezaba a hablarse del proyecto que estaba a punto de empezar a construirse, del que se sabía muy poco apareció una nota publicada en revista Gente comentando algunas características del proyecto en donde se nombra como "posible" la construcción de una confitería giratoria y la Vuelta al Mundo mas grande del mundo, valga redundancia. La torre desde su diseño hasta su fabricación en Austria y su montaje en el parque jamás tuvo la posibilidad de albergar ningún piso giratorio, primero por no haber sido diseñada para eso, y por imposibilidades técnicas y estructurales que lo impiden. La gente muchas veces inventa recuerdos, ruidos y hasta olores. Me pasó en un caso puntual de preguntarle a un seguidor que afirmaba recordar el movimiento si no se estaba confundiendo con la confitería giratoria del Cerro Otto en Bariloche, y la respuesta fue: “¡Ah, sí, era esa! jaja”
P: ¿Por qué es tan importante para vos que se mantenga viva la memoria del parque?
H.R: El parque fue, y es un lugar mítico de la Ciudad de Buenos Aires, y representa un patrimonio muy importante, sobre todo para los barrios del sud/sud-oeste. En el parque existe una obra de mosaiquismo muy importante, tal vez la obra con esta técnica mas grande de la ciudad, y ¿cuánta gente lo sabe? Existen dos obras del escultor Juan José Militich, una es "Gulliver" (basada en el libro Los viajes de Gulliver de Jonathan Swift) y la otra "Los Delfines del Lago" ambas de 1981, y también únicas en la ciudad, y cuanta gente lo sabe?. La Torre Espacial, también es única en el mundo, fue la construcción mas alta del país y hasta de Latinoamérica, diseñada para ser visitada por 2.400 personas por hora, cerrada desde 2017, y ¿quién lo sabe? No podemos permitir que, lo poco que dejaron, se pierda, y mucho menos que quede en el olvido.
La maldición también alcanzó al Parque de la Ciudad. Fue clausurado en 2003 por un accidente trágico que terminó con la vida de un operario por la presunta falla en un juego que se sumó a denuncias varias por falta de mantenimiento. En 2007 tuvo una reapertura fugaz y una promesa de regreso incumplida. Todo fue como un eterno “cuento de la buena pipa” girando en una calesita de la desventura que no va a ningún lado. Algunos juegos del Interama todavía están ahí, oxidándose en el tiempo y extrañando multitudes, risas y gritos. La ciudad se quedó sin parques de diversiones.
Game over.
Ph: Adrián Cavalheiro y Mariela Blanco para Infoveloz e imágenes de Archivo.
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