Tragedia en Tucumán: no quería viajar pero una amiga la convenció y ambas murieron en el vuelco
Marta Elizabeth Lombardo de 71 años fue otra de las víctimas del trágico accidente que acabó con la vida de 16 personas.
Marta Elizabeth Lombardo (70) sabía del viaje de jubilados a Río Hondo. Pero ella ya conocía esas termas, así que había rechazado el plan. Cambió de decisión pocos días antes de que saliera el ómnibus, cuando su amiga Elsa le dijo que quedaban dos lugares disponibles y la convenció. Ambas murieron ayer en el trágico accidente en Tucumán.
"En un principio ella no iba a viajar porque ya conocía Termas. Pero su amiga Elsa -que también falleció- le comentó que había dos lugares disponibles y como a ella le había gustado mucho, le pintó ir otra vez", contó su nieto Juan Ignacio Toujas (23) en diálogo con LA NACION. "Es como dice siempre mi papá: cuando te tiene que tocar te toca. Era ese día y ese viaje", reflexionó.
Para el joven mendocino enterarse, tras conocerse el listado oficial, que su "abu" había muerto tras el vuelco del ómnibus fue uno de los golpes más duros de su vida. Habló de destino y se sumergió en los recuerdos.
"Mi abuela era lo más. Ella me enseñó a tomar mates. Me regaló mi primer 0 kilómetro. Ella hacía de todo para que a su hijo y sus nietos no les faltara nada", contó el joven, y la angustia dio paso a la sonrisa.
Marta, quien vivía en la Ciudad de Mendoza, nunca quiso dejar de trabajar, después de desempeñarse buena parte de su vida como vendedora en Samaco, una empresa que comercializa materiales de construcción. "Trabajó muchos años... le costaba dejar de trabajar", apuntó el joven.
Para Juan Ignacio todo ha sido muy rápido en las últimas horas. Su papá viajó a Tucumán anoche, luego de varias demoras y trabas burocráticas, a la espera de que se resuelva cómo traerán los cuerpos de los fallecidos a la provincia. "Mi papá no la pudo ver porque le recomendaron que no era bueno. La reconoció por fotos", contó el joven, consternado.
En medio del desconsuelo, "Juani" mantiene muy presente una situación reciente. "El último recuerdo que tengo sobre ella es que el viernes pasado fuimos al centro a comprar mi regalo de cumpleaños y alguien que la conocía de sus años en Samaco la saludó y se pusieron a charlar. Antes de despedirse, el hombre me dijo: 'De eso te tenes que contagiar, de la sonrisa y la alegría que siempre tiene tu abuela'", recordó el joven.