Tragedia en Italia: última esperanza para encontrar supervivientes
La exploración en profundidad de los restos del "Concordia" se reanudó este sábado, pero la esperanza de encontrar con vida a alguno de los 21 desaparecidos se reducen al mínimo, una semana después del naufragio del crucero cerca de la isla italiana del Giglio.
El navío se ha estabilizado y los buzos de la marina volvieron a abrir brechas en el casco, gracias a microexplosivos, a 20 metros de profundidad para abrir pasos hacia la zona en la que esperan encontrar a los 21 desaparecidos del Costa Concordia.
"Haría falta un milagro. Incluso, aunque se hubiese creado una burbuja de aire cuando el navío zozobró, en tales condiciones, con temperaturas (del agua) muy bajas, la posibilidad de encontrar a alguien con vida se reducen al mínimo", explicó a la AFP el portavoz de los guardacostas, Cosimo Nicastro.
"Hoy buscamos entre los puentes 3 y 4", precisó Nicastro, refiriéndose a la zona del barco donde se reagruparon los pasajeros durante la caótica evacuación del buque.
"La esperanza de encontrar a alguien con vida en la parte sumergida se ha reducido y la esperanza disminuye a cada día que pasa", lamentó Nicastro, aunque señaló que los socorristas "continuarán mientras haya un poco de esperanza".
La madre de Dayana Arlotti, una niña italiana de cinco años que desapareció con su padre la noche del naufragio, aún cree en el milagro. No participó el viernes en una emotiva ceremonia en la que los padres de las víctimas lanzaron flores hacia los restos del barco.
Uno de los participantes fue Saturnino Sorián, padre de Erika, una joven camarera peruana desaparecida.
El balance del naufragio sigue siendo por el momento de 11 muertos, de los que ocho fueron ya identificados (cuatro francesas, un italiano, un español, un peruano y un húngaro), y 24 desaparecidos, entre los cuales figuran sin duda los tres cadáveres no identificados.
Se trata de 12 alemanes, cinco italianos, dos franceses, dos estadounidenses y tres miembros de la tripulación: un italiano, un peruano y un indio.
Referente a la búsqueda de los cuerpos, Nicastro consideró que es "más probable encontrarlos en el interior del navío que en el mar".
Paralelamente a la búsqueda de los desaparecidos, se ultiman los preparativos para el bombeo de las 2.380 toneladas de combustible que transportaba el "Concordia" en el momento del accidente, con el fin de evitar un desastre ecológico.
Se han instalado barreras alrededor del navío para proteger la costa en caso de vertido de una parte del carburante durante las labores de vaciado de los tanques de combustible, una operación que tendrá una duración de dos a tres semanas.
El "Concordia" zozobró en la noche del viernes 13, a 30 metros de la costa, tras haber chocado contra unas rocas frente a la Isla del Giglio, sólo dos horas y media después de haber abandonado el puerto de Civitavecchia para un crucero por el Mediterráneo, con 4.229 personas a bordo (3.200 turistas y un millar de tripulantes).
La investigación sobre las causas de la tragedia continúa con nuevas revelaciones procedentes del interrogatorio al que fue sometido, a principios de semana, el capitán del barco, Francesco Schettino.
Éste reconoció haber cometido un "error" al pasar demasiado cerca de la costa, pero aseguró, según reveló la prensa este sábado, que informó rápidamente a la compañía Costa, propietaria del barco.
"He hecho una tontería, envíen remolcadores y helicópteros", parece que dijo el capitán a un responsable de Costa sólo un cuarto de hora después de la colisión.
Una versión puesta en duda por el patrón de Costa, Pier Luigi Foschi, para quien Schettino "nos mintió a nosotros y a la tripulación sobre la gravedad de la situación".
Esta semana, la compañía suspendió de sus funciones al comandante, quien se encuentra bajo arresto domiciliario, acusado de homicidio múltiple por imprudencia, naufragio y abandono del barco.
Numerosos testigos acusan a Schettino de haber abandonado el "Concordia" en medio de las labores de evacuación.