Trabajo esclavo: rescataron a 25 obreros
La Policía Metropolitana rescató a varias personas de nacionalidad boliviana que eran sometidas a trabajar en los talleres textiles clandestinos.
Personal de la Policía Metropolitana halló en las últimas horas a 25 obreros de nacionalidad boliviana que trabajaban en situación de esclavitud en el sur de la Capital Federal, y detuvo a cinco personas del mismo origen, quienes serían los responsables de los talleres textiles clandestinos.
Fuentes de la fuerza porteña detallaron que en los cinco allanamientos, realizados en el barrio porteño de Villa Lugano y la Villa 20 de esa zona, también encontraron armas, drogas, diez mil pesos y dólares presuntamente falsificados.
La investigación se inició a partir de la muerte de una mujer de nacionalidad boliviana, quien residía en una de las casas por tuberculosis.
La división de Delitos y Sumarios de la Policía Metropolitana llevó a cabo cinco allanamientos por trata de personas en domicilios del sur de la Ciudad de Buenos Aires que funcionaban como talleres textiles clandestinos.
Durante los procedimientos, se encontraron esclavizadas 25 personas, muchas de ellas residían informalmente en Argentina.
Además, se detuvo a los cinco principales responsables de los talleres, se secuestraron armas, un silenciador casero, proyectiles, droga, diez mil pesos, dólares aparentemente falsos, elementos propios de taller textil, documentación, contratos, cuadernos con anotaciones, comida, etiquetas y muestras de prendas de vestir entre otros elementos probatorios.
En la causa interviene el Juzgado Nacional en lo Correccional y Federal número 3, a cargo de Daniel Rafecas, ante el secretario Sebastián Ramos.
En todos los procedimientos prestaron colaboración personal de la Dirección Nacional de Migraciones y del Ministerio de Trabajo de Nación.
Los lugares que funcionaban como talleres clandestinos estaban vinculados entre sí y eran explotados por cinco personas que a su vez también tenían un estrecho vínculo.
Además, se constató que las víctimas esclavizadas vivían en una constante situación de hacinamiento, sin acceso a la higiene básica, pésimas condiciones de salubridad, falta de descanso adecuado y con restricciones a la libertad ambulatoria.
En ese sentido, dentro de uno de los talleres funcionaba una especie de kiosco improvisado que era regenteado por los propios empleadores, en el que le vendían todo tipo de golosinas a los empleados, como así también el cobro de la comida que estos consumían.
Los detenidos y los elementos secuestrados fueron trasladados a las dependencias de la Policía Metropolitana, donde quedaron a disposición de la Justicia.
Las tareas investigativas comenzaron el 17 de noviembre de 2011, a partir de la muerte por tuberculosis de una mujer nacionalidad boliviana que falleció en el hospital Vélez Sarsfield, donde ingresó en la etapa terminal de la enfermedad. En la causa tomó intervención la Fiscalía en lo Criminal de Instrucción número 11.
Todo el material secuestrado durante los distintos procedimientos quedaron en poder de la Justicia.