Todos son cómplices de la muerte de Agustín Marrero
Agustín Marrero era un chico alegre y tenía una linda sonrisa, contagiosa. ¿Vas a evitar que vuelva a morir?
*Por María Clara Rositano
@ClariRositano
Agustín Marrero era un chico alegre y que tenía una linda sonrisa, contagiosa. Lamentablemente no la podremos volver a ver, salvo en fotos, ya que el 7 de junio, Leandro Sarli, su padrastro lo asesinó.
El chico de cinco años sufría de violencia doméstica y maltrato infantil. Los abusos contra Agustín eran recurrentes, sistemáticos e incrementaban conforme pasaba el tiempo.
Leandro Sarli está preso y acusado de cometer el asesinato, en tanto la madre del menor, Bárbara González Bonorino, está procesada por homicidio agravado por omisión. El fiscal de la causa, el doctor Sandro Abraldes, pidió que se investigue a nueve personas más, ¿la razón? OMISIÓN. COMPLICIDAD. SILENCIO.
¿Nunca le contó nada a su padre? El tenía que "ser un hombre y aguantar", como lo dicta el mandato social, no importaban sus cinco cortos años. La realidad es que Agustín no tenía forma de defenderse.
Agustín Marrero era fuerte de mente, pero su cuerpo era frágil. Tuvo que ir al colegio después que su padrastro le rompa tres dientes. Las marcas que llevaba eran muestra del calvario que sufría.
Cuando se conoció la muerte del menor, los vecinos de la familia dieron en reiteradas oportunidades su testimonio a los medios acerca de los abusos que sufría Agustín. ¿POR QUÉ NUNCA DENUNCIARON LOS MALTRATOS?, eso se pregunta el fiscal y eso nos preguntamos todos.
Todos sabían y nadie dijo nada.
Todos podrían haberlo salvado y nadie lo hizo.
La hermanita de Agustín, una nena de siete años, es testigo clave y la única que se animó a hablar, sin miedo a represalias. "Está más preocupada por cómo estamos yo y la madre que por ella", dijo a los medios Marcos, el padre de los chicos.
Los hermanos Marrero eran dos adultos en cuerpos de niños, mientras hay tantos corbardes disfrazados de mayores responsables. Todos hemos sido testigos de algún acto de maltrato, una madre gritando a su hijo, un hombre agrediendo verbalmente a una mujer, una pareja peleando de puño.
¿Cuántas veces intercedimos para que paren las agresiones?
Todos somos cómplices de la muerte de Agustín Marrero.
¿Vas a evitar que Agustín vuelva a morir?