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Todos contra todos en El diario de Mariana

El masivo panel del programa de Fabbiani tiene demasiados caciques y un volumen cinco puntos más alto que el soportable. Mercedes Ninci concentra el odio de todos sus compañeros.

No son la excepción pero exageran la regla. Hablan a los gritos y se pisan, se dicen pestes, se tratan mal y se les nota. Un gallinero sería un jardín de infantes y hasta los chirridos de Infama han quedado cortos. El panel de "El diario de Mariana" se potencia en el escándalo y la pelea interna, lo deja ver al aire y suma rating con el peligroso juego de odiarse demasiado.

Mariana Fabbiani sigue siendo una bastonera impecable que trata de calmar las aguas, repartir el juego y dejar claro lo que está bueno en el debate, lo que tiene sentido común, y lo que es chicana o no está de acuerdo. Tiene que lidiar con la inaudible Mercedes Ninci, ese tipo de personaje atractivo porque no tiene filtro hasta que un día lo pierde por completo y tenés que sacarla con chaleco de fuerza. La exmovilera de Mitre refleja el claro vicio de la tele actual: "garpa" al aire hasta que un día te lo hunde.

En ella se centran todas las miradas del resto, o de casi todo el panel, a quienes se les nota demasiado el odio a Ninci. Pierden los estribos para hacerla callar y se sacan de quicio, la cuestionan, le responden y a la larga le dan más protagonismo. Mariana Brey, más moderada en el programa de De Brito por el cable, pierde la compostura y belleza cuando se enfurece con Ninci y no le queda bien.

Luis Bremer también enfurece a menudo con la cordobesa. A propósito de la inclusión en el programa de un productor, quien formó ayer por la tarde parte del panel, el periodista le respondió: "Yo solo hablo con panelistas titulares". (¿Hacía falta?). Diego Leuco y Karina Iavícoli suelen ser más neutros.

Según pudo saber Ratingcero.com, luego del programa hubo un momento tenso entre la producción y los periodistas del programa para que bajen los decibeles. Había estado Evelyn Von Brocke de invitada y aquello fue un gran ruido televisado.

Lo cierto es que las peleas al aire entre los periodistas del programa parecen no ser "para la cámara" y los odios se notan demasiado al aire. En general es tentador y ceba a cualquiera saber que el minuto a minuto sube; por lo cual en ese momento todo se potencia creyendo que "eso da rating". Riesgoso al menos.

"El diario de Mariana" llegó a El Trece para mejorar la franja, y muy poco, o nada, queda al aire del planteo original -el carisma de la conductora y el humor de Tortonese siguen a salvo-. Pasó de "El diario de Ángeles Rawson" a esta especie de Titanes en el Ring del panelismo televisivo. La próxima vuelta de tuerca puede dejar heridos.