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Todo a la vista

*Por Yamila Zubán. Jugar a todo o nada tiene sus riesgos: podés llegar a la cima, o caer al precipicio en un sólo segundo.

Cristian U. demostró que no le tenía miedo a ninguna de las dos opciones. Jugó y se la jugó. Y la gente compró lo que el competidor llevó a la casa de cristal para venderles.

Podría haber pasado lo contrario. En ediciones pasadas, hablar de "jugar" era mala palabra. Las estrategias no se blanqueaban. Pero en este caso, el muchacho de Barracas se animó a lo nadie hasta esta edición: asumió que no entraba a la casa para hacer amigos, sino para jugar. Se sacó la careta, mostró su juego y, con su actitud, consiguió también sacárselas a varios de sus hermanitos en el transcurso del reality show.

Coherente con su discurso y su estrategia, se autonominó la mayor parte de las veces, no mezcló cuestiones personales para desbancar a sus oponentes y también supo proteger bajo su ala a quienes le seguían en su estrategia de juego. Y su mejor estrategia, fue, irónicamente, ser transparente a la hora de jugar, no esconder las trampas sino hacerlas cada vez más evidentes.

Por su parte, Emiliano Boscatto tuvo a su favor el beneficio de haber salido de la casa y de ver el juego desde otra perspectiva. Dos semanas fuera de la casa hicieron maravillas en el cordobés: regresó con un perfil más divertido y relajado, se alejó tanto de las víctimas como de los victimarios y aprovechó todas las alianzas posibles con el estratega, sin pegar un salto de bando.

Desde su reingreso, el cordobés supo que su mejor chance residía en concentrar los votos contrarios a los de Cristian U. A diferencia de quienes reingresaron en la segunda vuelta, tuvo la inteligencia de mantenerse en el bando contrario.

Pero eso no alcanzó para convertirlo en el preferido: si se trataba de jugar, sus estrategias, que fueron pocas, fallaron una por una. Si se trataba de ganarse el cariño del público, más allá de Kimba y de unos cuantos actings simpáticos, el cordobés se quedó corto y no le alcanzó para el último tranco.

Emiliano no fue con todo, pretendió ser el competidor del estratega, pero fue suficiente para ser el ganador. Se quedó a mitad de camino en una casa que no iba a darle tregua.

En cambio, Cristian U entró a ganar y hacia allá fue, sin vueltas.

A pesar de los amores y odios que supo generar, o gracias a ellos, sin dudas habrá un antes y un después de Cristian en Gran hermano .