Tiroteo en Brasil en una escuela
Doce niños de una escuela municipal de Río de Janeiro murieron hoy al ser atacados por un hombre de 23 años que irrumpió a tiros en el establecimiento del que era ex alumno y se suicidó, mientras que unas 30 personas resultaron también heridas.
La policía carioca informó que doce niños murieron y otras 30 personas resultaron heridas en el ataque a la Escuela Municipal Tasso de Silveira, en el barrio de Realengo, en la zona oeste de la ciudad de Río de Janeiro y la cifra de muertos asciende a trece con el tirador que se suicidó.
El homicida fue identificado por la policía, según el reporte de la cadena Globo, como Wellington Menezes de Oliveira, de 23 años, quien fue alumno de esa misma escuela y tras el ataque dejó una carta con un contenido aún no revelado.
De acuerdo con los reportes de los diarios brasileños Folha, Globo y Estado y la Agencia Brasil, los muertos ascendían a 12 alumnos, además del agresor, y una treintena de heridos.
"El tenía la determinación de suicidarse después de la tragedia" afirmó el coronel de la Policía Militar, Djalma Beltrami, quien tambien confirmó la existencia de la carta escrita por el múltiple homicida.
Según las primeras versiones, el agresor era conocido en la escuela y entró a las 8.30 al establecimiento bajo el pretexto de que iba a dar una charla en uno de los cursos, pero en su lugar comenzó a disparar contra alumnos, docentes y administrativos que salían a su paso.
En medio de la conmoción, los docentes para evitar que otros alumnos fuesen alcanzados por el agresor trabaron las puertas de aulas y salones y bloquearon los accesos con bancos y escritorios.
La versión policial indicó que Menezes utilizó dos revólveres en el ataque, a los que llegó a recargar varias veces y, cuando la patrulla que llegó alertada en la zona por las corridas de alumnos por las calles, el hombre ya se había suicidado.
La escuela atiende a unos 1.000 alumnos, mientras que en el turno mañana recibe a 400 menores.
Los heridos eran atendidos en el Hospital Estadual Albert Schweitzer, en Realengo, mientras que decenas de padres y familiares se agolpaban en la escuela para obtener información sobre sus hijos.