Justicia Cero
Tenía 18 años, se fracturó una pierna, se sometió a una "operación sencilla" y murió
Evelyn había sufrido un accidente doméstico. Su familia denunció por mala praxis a los médicos de dos clínicas. Ocurrió en Merlo.
Evelyn Solange Serantes se cayó en su casa y se fracturó la tibia y el peroné. Era el 18 de diciembre de 2017 y tras ser operada, después de una serie de "errores" médicos que están bajo investigación se sucedieron a lo largo de cuatro meses, la joven de 18 años murió. Su familia todavía espera que se haga justicia.
Pasaron casi cuatro años desde que la adolescente entró al quirófano del Sanatorio del Oeste de Merlo. Los médicos dijeron entonces que era "una operación sencilla" de no más de una hora y que al día siguiente podría irse de alta. Evelyn, sin embargo, no resistió todo lo que pudo a esa intervención como si pudiera presentir el desenlace trágico que tendría.
Cuando ya habían pasado tres horas desde que ingresó a cirugía, los padres vieron entrar a una enfermera corriendo con el aparato para hacer electrocardiograma y un escalofrío les recorrió el cuerpo. Algo había salido mal y lo supieron en ese momento.
Primero les dijeron que habían podido poner la placa y los tornillos pero que en un momento Evelyn tuvo un sarpullido en la piel por la anestesia, la medicaron y le provocó una hipotensión que habían logrado finalmente controlar.
Después, los médicos hablaron de una depresión respiratoria, lo cual produjo un paro cardiorespiratorio. Lo cierto es que como en ese sanatorio no había terapia intensiva tuvieron que trasladarla al Hospital Eva Perón de Merlo, donde recibieron un diagnóstico demoledor: les dijeron que estuvieran preparados porque era probable que Evelyn no pudiera pasar esa noche.
“Me dijeron que mi hija tuvo una reacción a la anestesia, porque se excedieron, lo que originó una depresión respiratoria. No le llegó oxígeno al cerebro, no se dieron cuenta en el momento y le dio un paro. Para colmo el traumatólogo nunca terminó la operación, nunca le cerró la herida y el anestesista nunca lo controló. La abandonaron”, relató su mamá, Mariana Fontana, en diálogo con BigBang.
Evelyn estuvo muerta 15 minutos. "Había quedado hipóxica, pero pocos días después comenzó a despertar, aunque no reconocía a nadie, tampoco nada…”, recordó la madre. Su estado seguía siendo delicado, fue como si volviera a nacer. "Se fue recuperando poco a poco en terapia, pero con neuronas muertas", explicó.
Tuvieron que someterla a una segunda operación entonces para retirar “la placa que le habían puesto en la pierna ya que se estaban saliendo los tornillos". A fines de febrero de 2018 Evelyn recién pudo volver a su casa y empezar un tratamiento de rehabilitación en una Clínica de Ituzaingó. Estaba mejorando, pero se contagió una bacteria y murió el 21 de abril.
“Parte de mi murió ese día. Hoy estoy medicada psiquiátricamente, porque si no, no puedo seguir”, relató la mujer. Pero las irregularidades no se detuvieron ni siquiera con la muerte de la adolescente. Fontana denunció que a Evelyn la habían bañado, que encontró una remera de su hija “vomitada” a un costado y que le provocaron una “broncoaspiración”. También sostuvo que adulteraron parte de la Historia Clínica para "encubrir" la mala praxis.
La causa quedó a cargo de la fiscal Adriana Suárez Corripio, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N° 8 de Morón. La pandemia se volvió un obstáculo para el avance de la causa que, en principio, fue caratulada como “lesiones graves y gravísimas", pero la familia de la víctima busca modificar la calificación legal a “homicidio doloso por mala praxis”.
Pasaron casi cuatro años desde que la adolescente entró al quirófano del Sanatorio del Oeste de Merlo. Los médicos dijeron entonces que era "una operación sencilla" de no más de una hora y que al día siguiente podría irse de alta. Evelyn, sin embargo, no resistió todo lo que pudo a esa intervención como si pudiera presentir el desenlace trágico que tendría.
Cuando ya habían pasado tres horas desde que ingresó a cirugía, los padres vieron entrar a una enfermera corriendo con el aparato para hacer electrocardiograma y un escalofrío les recorrió el cuerpo. Algo había salido mal y lo supieron en ese momento.
Primero les dijeron que habían podido poner la placa y los tornillos pero que en un momento Evelyn tuvo un sarpullido en la piel por la anestesia, la medicaron y le provocó una hipotensión que habían logrado finalmente controlar.
Después, los médicos hablaron de una depresión respiratoria, lo cual produjo un paro cardiorespiratorio. Lo cierto es que como en ese sanatorio no había terapia intensiva tuvieron que trasladarla al Hospital Eva Perón de Merlo, donde recibieron un diagnóstico demoledor: les dijeron que estuvieran preparados porque era probable que Evelyn no pudiera pasar esa noche.
“Me dijeron que mi hija tuvo una reacción a la anestesia, porque se excedieron, lo que originó una depresión respiratoria. No le llegó oxígeno al cerebro, no se dieron cuenta en el momento y le dio un paro. Para colmo el traumatólogo nunca terminó la operación, nunca le cerró la herida y el anestesista nunca lo controló. La abandonaron”, relató su mamá, Mariana Fontana, en diálogo con BigBang.
Evelyn estuvo muerta 15 minutos. "Había quedado hipóxica, pero pocos días después comenzó a despertar, aunque no reconocía a nadie, tampoco nada…”, recordó la madre. Su estado seguía siendo delicado, fue como si volviera a nacer. "Se fue recuperando poco a poco en terapia, pero con neuronas muertas", explicó.
Tuvieron que someterla a una segunda operación entonces para retirar “la placa que le habían puesto en la pierna ya que se estaban saliendo los tornillos". A fines de febrero de 2018 Evelyn recién pudo volver a su casa y empezar un tratamiento de rehabilitación en una Clínica de Ituzaingó. Estaba mejorando, pero se contagió una bacteria y murió el 21 de abril.
“Parte de mi murió ese día. Hoy estoy medicada psiquiátricamente, porque si no, no puedo seguir”, relató la mujer. Pero las irregularidades no se detuvieron ni siquiera con la muerte de la adolescente. Fontana denunció que a Evelyn la habían bañado, que encontró una remera de su hija “vomitada” a un costado y que le provocaron una “broncoaspiración”. También sostuvo que adulteraron parte de la Historia Clínica para "encubrir" la mala praxis.
La causa quedó a cargo de la fiscal Adriana Suárez Corripio, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N° 8 de Morón. La pandemia se volvió un obstáculo para el avance de la causa que, en principio, fue caratulada como “lesiones graves y gravísimas", pero la familia de la víctima busca modificar la calificación legal a “homicidio doloso por mala praxis”.
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