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Tecnología conveniente: trabajo para todos

Por Jorge Zaccagnini. La percepción de que el desarrollo tecnológico va a terminar con el trabajo, ha instalado un temor profundo en la sociedad.

La percepción de que el desarrollo tecnológico va a terminar con el trabajo, ha instalado un temor profundo, un temor que crece en la misma medida que la realidad brinda señales de un futuro sin esperanzas: un futuro que nos niega el derecho al trabajo a nosotros, a nuestros hijos y a los hijos de nuestros hijos...

El sistema económico vigente impone y naturaliza teorías que consideran al trabajo como un insumo más. Una materia prima a la que denominan "Recurso Humano". Que puede ser descartada cuando los números no cierran y las ganancias dejan de ser tales.

Carente de principios éticos que la rijan, la incorporación de tecnología en los procesos productivos está llevando a la Humanidad a un punto límite. Una creciente proporción de la población mundial es expulsada del sistema productivo y condenada al hambre y a la indignidad.

¿Es éste el único camino para el desarrollo tecnológico?

La respuesta es no. Es cierto que existen procesos de desarrollo que sólo pueden producir un único resultado: el desarrollo de una semilla de naranjo sólo nos puede dar naranjas. Esto no sucede con la tecnología. Su desarrollo es el resultado de decisiones que determinan que el sentido sea ése y no otro. Esas decisiones se toman desde el poder. Es un proceso político, que debe resolverse políticamente.

"Hay que reconocer que los objetos producto de la técnica no son neutros, porque crean un entramado que termina condicionando los estilos de vida y orientan las posibilidades sociales en la línea de los intereses de determinados grupos de poder." (Papa Francisco - LaudatoSI #107)

No existe un único sentido del desarrollo tecnológico: no es cierto que el único sentido posible del desarrollo tecnológico está determinado por el objetivo de maximizar ganancias. Aceptarlo  como único camino implica resignarse a que la lógica capitalista logre que los "recursos humanos" de sus planillas Excel lleguen a costo cero. Es decir, trabajo para nadie.

Muchos años antes de que las innovaciones se hagan visibles para modificar los sistemas de producción y las condiciones laborales, se decide cuál va a ser el sentido del desarrollo tecnológico y sus consecuencias sociales.

Es allí donde se resuelve que va a pasar con la producción y el trabajo muchos años después. Es allí donde debe primar una ética del desarrollo tecnológico para impedir que la lógica capitalista de maximizar ganancias sea el único interés considerado para ese desarrollo. Es allí donde los trabajadores deben hacer oír su voz.

Hace más de 30 años, el tecnólogo argentino Edgardo Galli formuló las siguientes definiciones que constituyen la referencia doctrinaria del peronismo en este tema:

1.      TECNOLOGÍA: la inteligencia, el conocimiento, la creatividad, la habilidad y el arte que la Humanidad utiliza para pensar, diseñar, construir, utilizar y perfeccionar o desechar artefactos y artificios.

2.      TECNOLOGÍA CONVENIENTE: una tecnología de cualquier grado de complejidad y escala, producida en el país o adquirida en el exterior, protegiendo en este último caso los intereses nacionales, que tiene como misión mejorar la calidad de vida de la sociedad y respetar a la Naturaleza.

El concepto de "tecnología de avanzada o de punta" nos incorpora a una carrera eterna tras una zanahoria inalcanzable. Una carrera que se renueva constantemente, gracias a los recursos con los que los consumidores de dependencia tecnológica -disfrazada de progreso- financiamos el desarrollo de la zanahoria siguiente.

Rechazamos también el concepto de "tecnología adecuada". Adecuarse es acomodarse a las propuestas de otros. Es más de lo mismo. Por eso afirmamos: ni de avanzada, ni de punta ni adecuadas: TECNOLOGÍAS CONVENIENTES.

Tecnología Conveniente es la herramienta conceptual que permite convertir la lógica imperante en la organización de la producción, e imaginar un sistema de generación de bienes y servicios que cuide la casa común, que preserve el derecho al trabajo y eleve la calidad de vida de nuestros pueblos a través de una justa retribución, por encima de cualquier otra consideración.

No significa rechazar toda tecnología que no provenga de nuestra propia creación. Significa recuperar la capacidad de elegir soberanamente aquellas innovaciones que contribuyan efectivamente a sostener el funcionamiento armónico de nuestra sociedad, observando crecimiento económico y justicia social.

En la actual realidad social mundial, más allá de los intereses limitados de las empresas y de una cuestionable racionalidad económica, es necesario que «se siga buscando como prioridad el objetivo del acceso al trabajo por parte de todos»  (Papa Francisco - LaudatoSI #127)

 

TECNOLOGÍA CONVENIENTE ES LA QUE CREA TRABAJO PARA TODOS

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