Taringa!, todo en Internet no es libre
* Por Horacio Bruera (Socio del estudio Carranza Torres & Asociados). Si una obra tiene un propietario, el hecho de que esté en Internet y pueda ser fácilmente compartida no implica que el propietario deje de tener derecho sobre ella.
En estos días, una de las noticias que más atrajeron la atención del mundo virtual fue el procesamiento de los dueños de Taringa!, el sitio en Internet más visitado de la Argentina. Los titulares de la famosa plataforma fueron procesados como "partícipes necesarios" de la comisión del delito de edición, venta o reproducción por cualquier medio de una obra intelectual protegida en los términos de la Ley de Propiedad Intelectual.
En nuestro país, el régimen de derechos de autor tiene plena vigencia y aplicación en el ámbito de Internet. Y hay que decirlo bien claro, porque existe una creencia muy difundida de que en Internet "todo" es libre. Y ese "todo" se interpreta en términos de "todo lo que circula por la Red".
Pero eso no es así. En Internet rige el principio de la libre circulación de la información, en forma de datos y paquetes, claro, pero información, al fin y al cabo. Eso quiere decir que toda persona que tenga acceso a Internet puede acceder, transmitir y compartir la información de manera libre, así como expresarse con total libertad. Eso sí, siempre y cuando esa información sea de libre disposición. Si es una obra que tiene un propietario, el hecho de que esté en Internet y pueda ser fácilmente compartida no implica que el propietario deje de tener el derecho que tiene.
La defensa del sitio. Una de las defensas esgrimidas por Taringa! es que el sitio tiene una pestaña para recibir denuncias de los titulares de derechos de propiedad intelectual ante supuestas infracciones por parte de los usuarios. Es lo que se conoce como "la doctrina (estadounidense) del safe harbor y las takedown notices" .
Ahora bien, el punto es que eso no está regulado en la Argentina, aun cuando sí lo está en otros países. Nuestra Ley de Propiedad Intelectual no reconoce expresamente esos mecanismos. Ergo, en principio se aplican las normas de responsabilidad civil comunes y las penales de esa ley.
La noticia del caso genera un intenso debate en torno de la vigencia de los derechos de propiedad intelectual en Internet y los supuestos límites artificiales que suponen respecto de la libertad de acceso, circulación, transmisión y distribución de la información. Incluso, algunos vociferan ampulosamente que estamos ante un verdadero cambio de paradigma, en términos de Thomas Kuhn, aunque quizá más como estrategia efectista para hacer ruido en la prensa y subirse al tren.
Es bueno recordar que Taringa! es una comunidad virtual, con la estructura de red social, a través de la cual los usuarios postean comentarios e hipervínculos a otros sitios. En la actualidad, tiene 20 mil posts diarios, 250 mil usuarios on-line y más de ocho millones de miembros.
Sin dudas, es un tema para pensar, pero para pensarlo desde un lugar de reflexión seria y desinteresada, no desde la trinchera de los intereses mediáticos.
En ese sentido, entendemos que es una cuestión en la que entran en juego dos factores: 1) el reconocimiento de derechos y 2) el logro de un balance entre éstos. En ese preciso orden, dado que no se trata de apelar al argumento fácil de que hablar de un balance entre los derechos de autor y la libertad de Internet y de acceso a la información y a la cultura es un planteo mal hecho, porque los derechos de autor serían algo así como un artificio legal que traba, limita y socava la libertad. Si los derechos de los autores son verdaderos derechos, deben ser reconocidos y garantizados como tales, y la libertad sólo será tal en la medida en que se asiente sobre ese reconocimiento.