Talento e irreverencia
* Por Federico Monjeau. Es conocido el maldito comentario de Atahualpa Yupanqui sobre Los Huanca Hua y la nueva polifonía vocal del folclore en los ‘60.
Es conocido el maldito comentario de Atahualpa Yupanqui sobre Los Huanca Hua y la nueva polifonía vocal del folclore en los ‘60: "Uno canta y los otros le hacen burla", aunque es difícil establecer si lo que más le indigestaba al maestro eran las puras complicaciones vocales o el puchero barroco-peronista que se empezaba a cocinar por ese entonces.
Como sea, es imposible exagerar la importancia que invenciones como las del Chango Farías Gómez tuvieron en el desarrollo y la renovación de la música argentina. Era la apertura a una forma madrigalística de resonancias clásicas, que una década después contaría con una actualización más acotada y punzante en el Dúo Salteño (ésta última, una invención del Cuchi Leguizamón).
La broma de Yupanqui es antológica, precisamente porque guarda un punto de verdad. En géneros tradicionales como el folclore y el tango no es fácil dar grandes vuelcos estilísticos sin bordear por momentos el ridículo, y el llamado "riesgo artístico" no siempre nos muestra un rostro serio. En el Chango Farías Gómez se combinaron de una manera muy particular talento musical e irreverencia.