Susana y Moria y todas sus "dudas" para regresar este año a la televisión
Son las únicas divas, las mujeres más importantes, pero de no mantenerse en "las grandes ligas" perderán teleaudiencia, fama y el olvido popular llamará a sus puertas.
*Por Sebastián Sainz
@sainzseba
"Todo lo que termina, termina mal. Y si no termina, se contamina", profesa Andrés Calamaro en una triste canción. Sin ir más lejos este verso es aplicable a la realidad de la televisión argentina. Son tres las mujeres que permanecen en la memoria de todos los televidentes: Mirtha, Susana y Moria. Y en la actualidad, ninguna de ellas puede seguir el ritmo carnívoro que imponen los "titiriteros perversos" (parafraseando a Gerardo Sofovich) y por lo tanto están muy cerca del olvido.
No es exagerado lo que se plantea en estas líneas. Los famosos son más famosos cuando su público aumenta a dimensiones desconocidas, cuando les toman cariño al seguirlos diariamente en sus programas televisivos. Esa es la cruda realidad. No importa la trayectoria, no interesa el carisma, sólo se solicita un producto específico y latente. Así las cosas, en este mercado Mirtha y Susana no tienen góndola.
Sólo resta con ver los resultados del raiting ("fiel" reflejo del público). "La Dueña", el unitario de la diva de los almuerzos cada vez mide menos, y por el lado de Susana, que coquetea con no volver a la pantalla chica tras perder al actor Antonio Gasalla, se da el típico caso de desinterés, ya que Telefe encontró una fórmula que por ahora le rinde y no incluye a la mujer que eternizó "shock".
Un caso diferente es Moria, que si bien nunca tuvo un protagónico al nivel de las dos rubias, logró mantenerse en la conciencia colectiva y hasta fue un pilar muy importante en Showmacht, el programa más exitoso. Ahora, Marcelo Tinelli le pide algo más a la morocha: que aguante su lugar y ceda protagonismo ante Gasalla, su enemigo. Pero la exuberante mujer no esta dispuesta y ofrece renunciar si es necesario.
Entonces, mientras Mirtha hace lo que puede por mantener a su público, Susana y Moria juegan con fuego y ofrecen incinerar sus nombres si no les respetan sus pedidos y por sobretodo sus trayectorias. Recuerden divas, que sin público no hay fama y sólo un paso las separará del olvido.