Supercepo: qué pasa con los precios, el consumo, las tarjetas de crédito y las tasas de interés
En medio de la crisis económica los expertos dicen que la gran incógnita es qué hacer con los pesos.
Hay empresas que están haciendo un colchón de precios en estos meses por miedo a un pacto social”. La frase, premonitoria y descriptiva, la pronunció el ministro de Producción, Dante Sica, en el último Coloquio de Idea, 10 días antes de las elecciones. En esos días, se registraron remarcaciones en productos de la canasta básica de entre 15 y 30%, “computando un dólar a $75”, explica Osvaldo del Río, director de la consultora Scentia.
La llegada del supercepo frenó la trepada del tipo de cambio y alteró el panorama para el consumo en general. Economistas y analistas coinciden en que las restricciones a la compra de US$200 por persona y la baja de tasas pueden impulsar el consumo por la falta de opciones para colocar los pesos. “Igual, en 2020 no habrá fiesta para el consumo”, aclaró el director de la consultora W, Guillermo Oliveto. Consumo con alta inflación es el escenario más probable, según describen las fuentes consultadas.
La inflación de septiembre saltó a 5,9%, con un acumulado del 37,7% en los primeros 9 meses del año. Las proyecciones para 2019 oscilan entre 57% y 61%, con una inercia que derrama un piso del 50% para 2020. Frente a esto y a la espera del recambio de gobierno, Carrefour y Walmart anunciaron un congelamiento de precios por 15 días para ver la evolución de las variables económicas. “Pero como pasa siempre, los precios que ya subieron no bajan”, explica Del Río.
Un alto ejecutivo de una cadena de supermercados reconoce que en las últimas dos semanas se registraron subas generalizadas de entre 8 y 12%, promedio, y que abarcaron a todas las categorías de productos y marcas. “Hubo aumentos mayores, de hasta 30%, pero son casos puntuales”, agregó. Los motivos son varios, pero sobresale la incertidumbre con el valor del dólar.
El cepo recargado -reforzado la semana pasada a los retiros con tarjeta en el exterior- frenó la trepada pero los aumentos continúan. “Esas remarcaciones fueron diseñadas para cubrirse hasta las elecciones por temor al dólar y no tanto por un eventual pacto social”, dice Facundo Aragón, gerente comercial de la consultora Nielsen. Los consumidores también están en alerta y efectúan acciones para anticiparse a las subas.
“Los días previos a las elecciones las ventas subieron 20% por encima de las proyectadas”, asegura Juan Pablo Quiroga, vocero de Walmart. ¿Dónde se concentró la demanda? Aceites, papel higiénico, yerba, azúcar, pastas secas y otros productos aptos para almacenar.
La retracción en las grandes cadenas fue menor que el resto de los canales. Según Nielsen, el consumo masivo en general cayó en septiembre 13,4%, un índice que computa una baja de 7,4% en los súper y caídas de entre 14,5% y 17,9% en autoservicios, kioscos, almacenes y perfumerías. En este escenario de alta inflación, las cadenas cuentan con la ventaja de ofrecer productos del programa “Precios Cuidados” y un amplio abanico de promociones en acuerdo con fabricantes y proveedores.
Según un informe de las consultoras Focus Market y Scantech, que releva comercios más chicos de hasta 500 metros cuadrados (formato express, chinos y almacenes), los precios en octubre subieron 59% en forma interanual, con el mayor aporte de cuidado personal (69%) y artículos de limpieza (65%). “El último salto del dólar (de $57 a $63,5) todavía no se trasladó a precios. Eso es dificultoso por la contracción de la demanda”, explica Damián Di Pace, experto en consumo y titular de Focus Market.
A pesar de todo, las correcciones existen para compensar en parte la devaluación. Di Pace coincide que las cadenas ofrecen un mejor refugio “para un consumidor que trata de cambiar pesos por bienes con el objetivo de anticiparse a los futuros aumentos”. A este especialista tampoco le sorprende el “colchoneo” de precios con miras a un eventual acuerdo de salarios y precios. “Ya pasó en diciembre de 2015. En la previa al levantamiento del cepo de Cristina, los formadores de precios ya habían acomodado sus listas”, recordó.
Para Oliveto, las conjeturas son muy difíciles. Pero por algunos indicios que dieron referentes del gobierno electo, “la idea es encorsetar las opciones” entre los segmentos de mayores ingresos. “Con las tasas en baja, la imposibilidad de comprar dólares y en un escenario de alta inflación, la idea es tratar de recuperar el consumo en algunos rubros, en especial el consumo masivo”, dice.
Oliveto considera probable que el próximo gobierno busque incentivar las ventas de autos, textiles y electrodomésticos, “rubros muy fuertes en materia de empleo”. De cualquier modo y más allá de las medidas que se implementen, el entendido descarta que en 2020 haya una festival de consumo.“No habría que sobredimensionar esto. Lo factible es que haya una recuperación gradual, pausada y focalizada principalmente en los productos básicos”.
La industria electrónica capitalizó el relanzamiento del Ahora 12. Se trata de un sector muy dependiente de insumos importados, por lo cual el salto del dólar impacta de lleno. El presidente de la AFARTE, Federico Hellemeyer, asegura que las empresas no lograron trasladar a precios las sucesivas devaluaciones. “Hay dos factores que influyen en los precios. Por un lado, el costo de los insumos y el valor del tipo de cambio. Por otro, el nivel de demanda”.
Con respecto al supercepo, el directivo dice que la gran incógnita es qué harán las personas con excedentes de pesos. Los números de la industria están por el piso. Estiman que este año se producirán 7 millones de celulares, 2,2 millones de TV y 750.000 aires, cifras que están muy por debajo de años anteriores.
“Por la incertidumbre del dólar, las fábricas textiles venden sin precio”, dicen en la Cámara de la Indumentaria. Esto significa que entregan la mercadería a valor dólar y se cobra según la cotización del día de pago. Según la CAME, en el acumulado de enero a septiembre las ventas de ropa cayeron 12,7%.
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