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"Soy una mujer de fe pero dejé de ir a la iglesia cuando un cura me tocó", dijo Elizabeth Vernaci

En una entrevista íntima, la conductora habló de su fuerte historia de vida, sus desamores y su fe.

Elizabeth Vernaci (51) es una de las voces femeninas más importantes del país pero el reconocimiento y la felicidad no fueron siempre constantes. A lo largo de su vida, "La Negra" sufrió mucho y se animó a contarlo.
 

Durante su infancia, la ahora conductora de "Negrópolis" por la Rock&Pop, vivió en casa de sus abuelos y la experiencia la marcó de por vida.


"Odiaba que mi abuelo paterno fuera la ley. No lo toleraba. Yo tengo un problema de lo que supongo que son las leyes originales. "Vos no sos mi papá", pensaba. Tuve que vivir con un tipo haciendo de papá mío, que nos podía pegar, que de hecho lo hacía... Por eso tampoco tolero que ningún hombre viva con mi hijo que no sea yo. No tengo ninguna apertura mental para una familia ensamblada o creer que puede ser "los míos, los tuyos, los nuestros". No hay chance conmigo", sostuvo.

La experiencia fue tal, que hoy en día no se imagina una segunda oportunidad con un hombre: "Nooooo, yo ya hice mi experiencia. Y me salió un hijo hermoso".
 

Así todo aseguró que le hubiese gustado una vida en pareja pero que es "muy difícil" para una persona que "no cree en el amor para toda la vida".

"Es un laburo muy grande. Lleva un trabajo que no estoy dispuesta a hacer. Supongo que porque no estoy muerta de amor por nadie", contó.

Consultada sobre el auge mediático del Papa Francisco, Vernaci fue sincera: "Me emociona. Es que es de Flores... Yo iba a la Iglesia Francisco Bilbao, tomaba la comunión... hasta que llegó un momento en que el cura me tocó el c... y no fui más".

"Tenía 7 años. Era un degenerado. No me hizo nada grave. Me metía dentro del confesionario, me subía la pollera y me tocaba el culo. Me di cuenta que no era normal. Nunca se lo dije a nadie, pero no quise saber más nada, ni me confirmé ni nada. Capitalicé experiencia, me di cuenta que toda la gente no es buena y menos en los lugares de poder. En ese momento no lo entendía con este vocabulario, pero me enseñó que lo que es aparentemente bueno no siempre lo es ni te va a hacer bien", relató.

A pesar del horrible momento la conductora asegura no haber perdido la fe: "Yo soy una persona de fe. No sé si Dios me va a estar esperando, pero sí creo que la vida tiene un sentido, y si uno no tiene fe, no tiene ninguno. Todo pierde sentido si no hay algo mágico que lo sostenga. Si la vida es sólo pasar por acá, no me cierra...".