Sombras e interrogantes en el escenario económico
* Por Raúl Vives. No hay mucho margen para el optimismo. Los datos de abril apuntan a otro deterioro del escenario económico.
El nivel de actividad se desacelera, la inversión cae, el empleo se ha estancado y la inflación continúa en leve ascenso. Finalmente, los recursos fiscales también caen en términos reales.
En abril los despachos de cemento se desplomaron 17%, reflejando la manera en que la construcción esta frenando su nivel de crecimiento
Nada nuevo, aunque la tendencia ahora parece más pronunciada. Los únicos datos favorables son el precio récord de la soja y el clima. ¿Estamos ante las puertas de una recesión?
Por ahora, parece más probable que la Argentina se encamine hacia una meseta de estancamiento, o con un crecimiento mucho más limitado con alta inflación. Aunque nada está predeterminado a que ocurra de esa manera.
La desaceleración tiene más que ver con las políticas de control de cambios y el cepo a las importaciones que están afectando el entramado productivo e incluso afectando las exportaciones con valor agregado. El clima de negocios y las expectativas también influyen y explican la caída del nivel de inversión. En términos interanuales, los bienes de capital cayeron 25% en marzo, y ya van tres trimestres consecutivos en que cae la inversión.
DATOS DE LA INDUSTRIA
Algunos estudios habilitan la impresión de que la industria local está a punto de ingresar a una recesión. Pero al margen de esta disquisición, los datos duros apuntan a una fuerte desaceleración que ahora también se extiende a sectores que se habían mantenido al margen de esa tendencia. En abril los despachos de cemento se desplomaron 17%, reflejando la manera en que la construcción esta frenando su nivel de crecimiento.
La producción de automóviles bajó luego de valores muy altos de inicios de año a 4 o 5 por ciento; un escalón abajo está la industria de alimentos y bebidas.
El índice líder que elabora la Universidad Di Tella acumula con la merma de marzo el quinto mes de baja y datos similares registran otros estudios y entidades que miden el termómetro de la economía. La marcha de la recaudación es una señal de la merma: con el registro de abril, de suba de 24,4% los ingresos tributarios se han desacelerado respecto a un año atrás en 7 a 8 puntos porcentuales.
EVOLUCION NEGATIVA
En términos reales, la evolución respecto un año atrás es negativa.
Un informe de la Fundación Mediterránea estima que la coparticipación de tributos subió solo 17%, resultado que complica la situación fiscal de todas las provincias. El deterioro es mayor si se toma en cuenta que las posibilidades de endeudamiento o de tomar deuda por parte de los gobiernos provinciales son cada vez acotadas: no hay acceso a los mercados externos y las letras colocadas en pesos el mercado local son por plazos muy acotados.
La deuda y el déficit provincial aumentarían en unos 8.000 millones durante el 2012.
En cuanto al empleo, tampoco los datos son optimistas. La perspectiva de desaceleración está desalentando la ampliación de las plantas de personal. Aunque también influyen los costos salariales en dólares, que desde inicios del 2009 a la fecha habrían subido casi 63%. Con estos costos y la demanda en una meseta, no hay muchos incentivos a incrementar el empleo. La caída del número de cuentas sueldos en 2% respecto un año atrás refleja que la economía real no está generando nuevos puestos de trabajo.
La economía internacional tampoco pasa por un buen momento, aunque la evolución argentina esta desacoplada de esos acontecimientos externos: la caída tiene que ver con las decisiones locales. La Argentina, a su vez, hoy es cada vez más dependiente de sus exportaciones sojeras. La guerrilla comercial de Moreno y la perdida de competitividad han cerrado los mercados.
Brasil, el mayor mercado para los productos industriales locales ya no crece a los ritmos de un año atrás, y adicional a esto, existen represalias no explicitadas.
En abril los despachos de cemento se desplomaron 17%, reflejando la manera en que la construcción esta frenando su nivel de crecimiento
Nada nuevo, aunque la tendencia ahora parece más pronunciada. Los únicos datos favorables son el precio récord de la soja y el clima. ¿Estamos ante las puertas de una recesión?
Por ahora, parece más probable que la Argentina se encamine hacia una meseta de estancamiento, o con un crecimiento mucho más limitado con alta inflación. Aunque nada está predeterminado a que ocurra de esa manera.
La desaceleración tiene más que ver con las políticas de control de cambios y el cepo a las importaciones que están afectando el entramado productivo e incluso afectando las exportaciones con valor agregado. El clima de negocios y las expectativas también influyen y explican la caída del nivel de inversión. En términos interanuales, los bienes de capital cayeron 25% en marzo, y ya van tres trimestres consecutivos en que cae la inversión.
DATOS DE LA INDUSTRIA
Algunos estudios habilitan la impresión de que la industria local está a punto de ingresar a una recesión. Pero al margen de esta disquisición, los datos duros apuntan a una fuerte desaceleración que ahora también se extiende a sectores que se habían mantenido al margen de esa tendencia. En abril los despachos de cemento se desplomaron 17%, reflejando la manera en que la construcción esta frenando su nivel de crecimiento.
La producción de automóviles bajó luego de valores muy altos de inicios de año a 4 o 5 por ciento; un escalón abajo está la industria de alimentos y bebidas.
El índice líder que elabora la Universidad Di Tella acumula con la merma de marzo el quinto mes de baja y datos similares registran otros estudios y entidades que miden el termómetro de la economía. La marcha de la recaudación es una señal de la merma: con el registro de abril, de suba de 24,4% los ingresos tributarios se han desacelerado respecto a un año atrás en 7 a 8 puntos porcentuales.
EVOLUCION NEGATIVA
En términos reales, la evolución respecto un año atrás es negativa.
Un informe de la Fundación Mediterránea estima que la coparticipación de tributos subió solo 17%, resultado que complica la situación fiscal de todas las provincias. El deterioro es mayor si se toma en cuenta que las posibilidades de endeudamiento o de tomar deuda por parte de los gobiernos provinciales son cada vez acotadas: no hay acceso a los mercados externos y las letras colocadas en pesos el mercado local son por plazos muy acotados.
La deuda y el déficit provincial aumentarían en unos 8.000 millones durante el 2012.
En cuanto al empleo, tampoco los datos son optimistas. La perspectiva de desaceleración está desalentando la ampliación de las plantas de personal. Aunque también influyen los costos salariales en dólares, que desde inicios del 2009 a la fecha habrían subido casi 63%. Con estos costos y la demanda en una meseta, no hay muchos incentivos a incrementar el empleo. La caída del número de cuentas sueldos en 2% respecto un año atrás refleja que la economía real no está generando nuevos puestos de trabajo.
La economía internacional tampoco pasa por un buen momento, aunque la evolución argentina esta desacoplada de esos acontecimientos externos: la caída tiene que ver con las decisiones locales. La Argentina, a su vez, hoy es cada vez más dependiente de sus exportaciones sojeras. La guerrilla comercial de Moreno y la perdida de competitividad han cerrado los mercados.
Brasil, el mayor mercado para los productos industriales locales ya no crece a los ritmos de un año atrás, y adicional a esto, existen represalias no explicitadas.