Sol Pérez presentó a su novio: un profesor de equitación
Desde hace un mes la vedette está acompañada por Rodrigo Luna Benítez, licenciado en Administración de Empresas.
Sol Pérez presentó finalmente a su novio. Se trata de Rodrigo Luna Benítez, un licenciado en Administración de Empresas que se dedica a lo que más le gusta: es profesor de equitación.
"Yo lo miraba, lo miraba, lo miraba... -recordó la ex meteoróloga- Yo fui al baño, él salió del suyo. '¡Hola!', me dice. 'Hola'". Y así comenzó todo.
Hoy, como explicó el bueno de Rodrigo, duermen juntos seis noches por semana. Casi una convivencia. Y aunque es todo un caballero, a veces no repara en ciertos detalles. "¡Hoy hizo todo mal! -reprochó Sol, al aire-. Le pedí un café, no me lo trajo. Le pedí un alfajor, ¡lo perdió!". Pero quizás, a la par de sus descuidos también se encuentren las exigencias de su novia, quien lo obliga a asistir al gimnasio regularmente. Y al fin, tratándose de una referente del fitness, podría esperarse un consejo similar.
"Igual, no estamos juntos: somos buenos amigos. Él se enoja porque yo digo todas estas cosas. Esto es para pelea...", lamentó entre risas la ex Bailando, quien en todo momento evitó la calificación de noviazgo. "¡No es mi novio!", advirtió una y otra vez. Y un gesto suyo en las redes sociales -allí donde comparte buena parte de su vida- lo ratifica: no posteá imágenes con Rodrigo. Pero, ¿y él? Sí, él sí...
Enamorada -o casi-, priorizando el amor por sobre su carrera, y hasta feliz: así se la ve a Sol Pérez, al lado de un Rodrigo Luna Benítez que ya no es un misterio. Fin de la crónica.
¡Pero momento! ¿Y el otro dilema? Sí, sí... La ex chica del clima lo planteó justo cuando contaba cómo había sido aquella noche de hace un mes, en una disco de la Costanera. Porque ella lo miraba, él fue al baño para -no tan casualmente- cruzarla a la salida, y... "Ya nos conocíamos, igual. Pero esa es otra historia -contó Sol-. ¡Nooo! No lo puedo contar. Nos conocíamos de vista... Nada más...".
Y la duda sobre las verdaderas circunstancias de esos otros encuentros quedó flotando en el ambiente como un nuevo interrogante.