Sociedad VIP: la historia secreta de la alianza de Ricky Sarkany y la mujer de Messi
El empresario de la moda no cobra por el uso de su marca; Antonella Roccuzzo compra los zapatos y aporta su fama en las redes sociales.
Como tantas otras relaciones, la historia de cómo Ricky Sarkany se asoció con Antonella Roccuzzo y Sofía Balbi -las mujeres de las estrellas del Barcelona: Leo Messi y Luis Suárez-, empieza en Instagram. El 25 de julio del año pasado el zapatero subió una foto a la red social con su familia de vacaciones, sin escatimar la ubicación: el restaurante Blue Marlin, de los lugares más caros y exclusivos de Ibiza. La cuenta del parador la republicó para sus seguidores (el video posterior es de nada menos que Cristiano Ronaldo). Esa misma tarde, llegó un mensaje al celular de Sarkany, de un número desconocido, que decía ser Messi. "Contesté 'Estoy manejando', porque estaba convencido que era una broma, yo soy muy de hacer ese tipo de chistes", dijo Ricky Sarkany a LA NACION y agregó "pensé que eran dos chicos aburridos, no sé, como ahora se viraliza todo me imaginé a dos adolescentes grabando mi respuesta y compartiéndola un millón de veces".
Una semana más tarde, Messi volvió a intentar y el zapatero, por miedo al ridículo, no contestó pero se quedó pensando. Llamó a un amigo en común para confirmar que el número desconocido fuera de Leo. Carlos Tevez le contestó que no, que ese teléfono no era el que él tenía agendado de Messi. Sarkany sabía que a la primera dama del fútbol le gustaban sus zapatos: le había mandado varios pares a través un amigo en común, que hasta el momento no había dicho nada del interés de Antonella y por eso, resultaba aún más sospechoso.
Otra foto en Instagram revivió la propuesta: en uno de los posteos de la cuenta de @Rickysarkany aparecía un "me gusta" de Antonella, una cuenta verificadas con el codiciado tick azul y otro de Sofía Balbi. Finalmente, con una videollamada confirmó que efectivamente se trataba de Leo que había mandado el mensaje desde el celular de Antonella, por eso Tevez no lo reconoció.
En esa primer llamada, contó Sarkany, acordaron que las emprendedoras iban a seleccionar algunas opciones de ubicaciones para abrir el local, revisar presupuestos y contactarlo para que viajara a terminar de cerrar el negocio. Pero, al mes de la llamada, volvieron a ponerse en contacto y le dijeron: "ya alquilamos un local".
Lo normal, asegura el empresario, es que haya un año entre que se idea el proyecto y se lanza pero en menos de seis meses estuvo listo el local de Barcelona. Los abogados de ambas partes redactaron una carta de intención con los lineamientos del negocio. Roccuzzo y Balbi son las responsables del alquiler del local, sin participación de sus maridos en el negocio. Sarkany estableció que no hará ningún cobro por el uso de la marca. "Nos sentimos totalmente beneficiados porque nos hayan elegido y por supuesto le damos una atención preferencial", dijo Sarkany.
"Ellas compran los zapatos, como si estuviesen en Vicente López o Villa Martelli", explicó el zapatero. Sofía y Antonella seleccionan, junto a Sarkany, la colección que quieren vender en Europa, dentro de la amplia gama de productos y guían con su gusto y el de su público lo que quieren vender en Barcelona. El desafío es doble porque las estaciones climáticas están invertidas en el hemisferio norte y Sarkany produce diseños simultáneos para ambas regiones.
Ricky Sarkany no es un diseñador conocido, ni siquiera nombrado, en España, y él lo sabe. "Sin el apoyo de ellas, la gente miraría los zapatos y diría, ¿Qué es ésta plataforma que parece la de un bombero? ¿Por qué encima tiene piedras, flores, bordados o apliques encima?", dijo.
Si bien Sarkany siempre estuvo ligado al mundo del espectáculo para realizar publicidad, cree que los tiempos cambian y ahora es el momento de los "influencers", formadores de opinión en redes sociales. Desde la apertura del local, que contó con figuras como Neymar, Jordi Alba, Javier Mascherano y bloggeras como Dulceida (de las más famosas de España) hasta los posteos habituales en la cuenta de Antonella (la siguen más de cinco millones de personas), cotizado en un presupuesto de marketing sería impagable. Como ejemplo, la novia de Dulceida se compró unas sandalias con una base y dos tiras llenas, repletas de tachas que en cuanto ella las eligió, se agotaron en el acto. "Nadie las hubiera comprado si no las veían en ellas", explicó.
A través del canal de la página de Internet, ahora los zapatos de Sarkany pueden recorrer el mundo. Por ahora, "la tienda offline vende muy bien. La online está creciendo día a día, es un trabajo más difícil por que si no somos conocidos en España, menos en Singapur", sumó.
Con respecto a cómo o porqué decidieron abrir el local, se sabe poco y nada. No quisieron contestar las preguntas que LA NACION envió a través de sus socios para esta nota. Sarkany sí dijo que antes de embarcarse en la aventura comercial le preocupaba que sus maridos estén de acuerdo con el proyecto ya que no quería que fuera un problema en los matrimonios. "Es muy generoso de ellos y decirles que vayan para adelante y emprendan. ¿Cuántos podrían pensar en decir 'ahorrate el lío, si no necesitás'... Es una manera de que ellas se sientan protagonistas y no sólo la mujer de ..."
Para Sarkany, la moda argentina equivale al ceviche peruano. "Como Perú exporta su creatividad en la cocina, Argentina tiene la oportunidad de impulsar moda y diseño", señaló, sin hablar de cargas salariales, impuestos o costos poco competitivos con China. "Cuando viajás te encontrás con lindos locales (de ropa), pero si mirás bien son todos iguales. En Buenos Aires la creatividad que tiene un Jazmín Chebar, Kosiuko o Cher es única", explicó.
Habló de cómo el sector de la moda local mira el desembarco de un gigante del exterior. "En Argentina hay empresarios de la moda que tiene miedo que venga una sola marca como H&M o Forever 21. Bueno, en Barcelona están todas, tanto las de fast fashion como las de super lujo", agregó y dijo que para diferenciarse usará la estética de la marca.