Skanska, Ciccone, Once, su ruta
*Por Osvaldo Pepe. Para hoy está previsto el comienzo de las declaraciones indagatorias de la treintena de acusados por la tragedia ferroviaria de Once
El juez primero imputó al maquinista Marcos Córdoba y luego de los peritajes a ex funcionarios y empresarios. Y el fiscal Federico D elgado reforzó los cargos: vio "negligencia y complicidad criminal" en los ex secretarios de Transporte Jaime y Schiavi, y en los dueños de TBA.
Otro fiscal, Carlos Rívolo, es quien también sostiene una causa que inquieta al Gobierno, en la que el vicepresidente Boudou está sospechado por tráfico de influencias en la imprenta Ciccone. La relación del Gobierno con los fiscales es al menos ambivalente . Fueron el fiscal federal Eduardo Taiano y el de Investigaciones Administrativas, Guillermo Noailles, quienes desistieron de apelar pese a que según el Código Procesal Penal debieron haberlo hecho cuando el juez Oyarbide dio por cerrado el caso de presunto enriquecimiento ilícito de los Kirchner.
En 2008 éstos aumentaron su patrimonio un 158%, un 572% desde que habían arribado al poder en 2003.
No sólo los empresarios "la levantaron en pala", al decir de la Presidenta, en todos estos años.
Aquella vez, el jefe de los fiscales, Esteban Righi, separó a Eduardo Blanco, un perito que había detectado "inconsistencias" en las declaraciones juradas de los Kirchner. Y también desestimó un pedido de jury contra el fiscal Noailles por su decisión de no apelar el fallo de Oyarbide. Una denuncia contra ambos fiscales por la omisión de la persecución penal f ue desestimada por otro juez . Fue Daniel Rafecas. Vueltas de la historia, el kirchnerismo logró ahora la caída de Righi y el desplazamiento de Rafecas en el caso Ciccone.
Por eso, hoy por hoy, fiscales como Delgado y Rívolo, a quien esta semana podrían intentar desplazar , simbolizan el espíritu republicano de la división de poderes. Garantes para que ambas causas, Once y Ciccone, no terminen como la de Skanska , la empresa sueca que admitió el pago de coimas en la Argentina por la ampliación del Gasoducto Norte en 2005 y sin embargo en nuestro país la Cámara Federal porteña sobreseyó por "inexistencia de delito" a todos los funcionarios imputados.
Otro fiscal, Carlos Rívolo, es quien también sostiene una causa que inquieta al Gobierno, en la que el vicepresidente Boudou está sospechado por tráfico de influencias en la imprenta Ciccone. La relación del Gobierno con los fiscales es al menos ambivalente . Fueron el fiscal federal Eduardo Taiano y el de Investigaciones Administrativas, Guillermo Noailles, quienes desistieron de apelar pese a que según el Código Procesal Penal debieron haberlo hecho cuando el juez Oyarbide dio por cerrado el caso de presunto enriquecimiento ilícito de los Kirchner.
En 2008 éstos aumentaron su patrimonio un 158%, un 572% desde que habían arribado al poder en 2003.
No sólo los empresarios "la levantaron en pala", al decir de la Presidenta, en todos estos años.
Aquella vez, el jefe de los fiscales, Esteban Righi, separó a Eduardo Blanco, un perito que había detectado "inconsistencias" en las declaraciones juradas de los Kirchner. Y también desestimó un pedido de jury contra el fiscal Noailles por su decisión de no apelar el fallo de Oyarbide. Una denuncia contra ambos fiscales por la omisión de la persecución penal f ue desestimada por otro juez . Fue Daniel Rafecas. Vueltas de la historia, el kirchnerismo logró ahora la caída de Righi y el desplazamiento de Rafecas en el caso Ciccone.
Por eso, hoy por hoy, fiscales como Delgado y Rívolo, a quien esta semana podrían intentar desplazar , simbolizan el espíritu republicano de la división de poderes. Garantes para que ambas causas, Once y Ciccone, no terminen como la de Skanska , la empresa sueca que admitió el pago de coimas en la Argentina por la ampliación del Gasoducto Norte en 2005 y sin embargo en nuestro país la Cámara Federal porteña sobreseyó por "inexistencia de delito" a todos los funcionarios imputados.