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Sin protección para nuestra fauna

Corre peligro la supervivencia del huemul si no hay una implementación cabal de las áreas protegidas provinciales.

El 28 de enero pasado, personal del Parque Nacional Los Glaciares encontró, junto al camino que une El Chaltén con el Lago de Desierto, en la provincia de Santa Cruz, un ejemplar de huemul hembra moribundo, presumiblemente atropellado. El animal, que murió antes de poder ser atendido, fue trasladado a El Chaltén, donde se comprobó que había recibido un impacto de bala en el maxilar inferior. Conclusión, la hembra fue víctima de la caza furtiva, en un paraje situado en la Reserva Provincial Lago del Desierto, contigua al Parque Nacional Los Glaciares.

El episodio reviste gravedad, por cuanto el huemul, el ciervo nativo presente sólo en la Argentina y en Chile, es uno de los mamíferos cuya conservación despierta singular preocupación. Se trata probablemente de la especie que goza de la mayor protección legal en materia de conservación en nuestro país, categorizada como la especie de ciervo más amenazada de extinción de América del Sur por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN). Ha sido declarada monumento natural nacional por ley (máxima protección legal que se le otorga a la fauna a nivel nacional), y monumento provincial por las cuatro provincias donde aún existen poblaciones (Neuquén, Río Negro, Chubut y Santa Cruz). Esta situación crítica condujo a la elaboración de un Plan Nacional de Conservación y Recuperación del Huemul, aprobado por nuestra máxima autoridad ambiental, la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, por la Administración de Parques Nacionales y por las respectivas direcciones de Fauna de las provincias ya mencionadas.

Los cancilleres de la Argentina y de Chile han firmado recientemente un memorándum para la conservación binacional de la especie y es inminente el dictado de un decreto del PEN, específicamente referido a esta especie. El huemul forma pequeñas poblaciones en hábitats reducidos y fragmentados, consecuencia de la intervención humana sobre el bosque nativo. En poblaciones tan reducidas, la muerte de un solo ejemplar es grave, pero más aún en la actual situación del huemul. La irresponsable caza de esta hembra de edad reproductiva en la reserva provincial Lago del Desierto no significa sólo que hay un huemul menos. La ausencia del ejemplar abatido repercutirá negativamente en la supervivencia y en los esfuerzos para incrementar la población del huemul de toda la zona, que utiliza sectores de la reserva provincial del Parque Nacional Los Glaciares y áreas contiguas sin protección ambiental especial.

Tomamos este hecho porque pone en evidencia la baja efectividad de las leyes de conservación de fauna silvestre amenazada y la necesidad de que las respectivas autoridades de aplicación cuenten con los recursos (personal, infraestructura, medios, etcétera) para hacer efectiva esa protección, ya sea en áreas protegidas como no protegidas.

La falta de implementación de la reserva provincial Lago de Desierto contribuye a que ocurra un caso como éste. Creada en 2005, no posee encargado ni guardafaunas designados que puedan controlar adecuadamente el área y realizar procedimientos en caso de infracciones; carece de señalización que advierta que se trata de un área protegida, o de la presencia de huemules y de la posibilidad de su encuentro en la misma ruta y posee alambrados inadecuados para el movimiento de los huemules. Es el ejemplo más claro de las llamadas "reservas de papel".

Cabe esperar que este hecho sirva para lograr la implementación cabal del área protegida provincial y sumarla efectivamente a la conservación del huemul, a través de un trabajo coordinado con las autoridades de aplicación de cada sector, incluida la Gendarmería Nacional, las empresas vinculadas al turismo, Parques Nacionales y las propiedades privadas. Sin un plan adecuado, las alternativas para la supervivencia del huemul en la Argentina son pocas.