Sigue el escándalo en el Senado
Varios opositores alentaron los rumores sobre la compra votos en el Senado, mientras que el Gobierno los desafía para que presenten pruebas.
Distintos referentes opositores alimentaron hoy la polémica sobre la supuesta "compra de votos" en la Cámara alta, al tiempo que la Casa Rosada descartó la hipótesis y pidió remitirla a la Justicia.
El titular de la UCR, Ernesto Sanz; el senador por Córdoba, Luis Juez; y la diputada de la Coalición Cívica, Patricia Bullrich; alentaron los rumores sobre la compra de voluntades y diferentes voces del Gobierno salieron al cruce.
En ese marco, Juez indicó que "hay senadores que siempre tienen una excusa para coincidir con el oficialismo cuando lo coherente sería seguir acompañando las propuestas de la oposición".
El cordobés pidió que la gente sea quien juzgue a cada legislador y señaló: "No somos tantos los senadores como para que la sociedad no pueda controlar quién es quién y cómo vota".
El senador de la Alianza Frente Cívico aclaró que "se vienen leyes importantes, como el 82 por ciento móvil" para las jubilaciones, por lo que (dijo) "no se puede tirar un manto de sospecha sobre todo el mundo".
"Hay que señalar con firmeza, con nombre y apellido, para que se pueda analizar", solicitó.
En tanto, apuntó contra el ex presidente Carlos Menem: "No sé si está viejito y camina como camina por eso, o es que cada vez se parece más a un pingüino".
Sanz, por su parte, aclaró que no le "consta que se hayan comprado de senadores", aunque dijo que el Gobierno "usa fondos del Estado para presionar".
"No me parece que esas denuncias reflejen la realidad del Senado", señaló Sanz, pero afirmó: "Lo que hay es un Gobierno que, utilizando los recursos públicos trata de disciplinar a gobernadores, intendentes, legisladores, para que voten sus leyes o rechacen las de la oposición".
Por su parte, Bullrich aseguró que "evidentemente hay una serie de votos que responden a incentivos que todavía no están muy claros cuáles son, pero evidentemente no tienen que ver con la convicción".
Del lado del Gobierno, primero salió el jefe del bloque oficialista en el Senado, Miguel Ángel Pichetto, que afirmó que estas acusaciones son "poco serias" y buscan "menoscabar a senadores que votan con el oficialismo".
El ministro de Economía, Amado Boudou, a su vez, señaló que "el nivel de dependencia es tan grande que ahí es donde aparecen los votos de legisladores para no perjudicar a sus provincias".
"Lamento que el diputado Solá se haya hecho el cómico al decir que el oficialismo se iba de shopping", sentenció Boudou en declaraciones radiales.
El ministro de Economía desafió a Solá a que "si tiene algo que decir que vaya a la Justicia", al tiempo que se quejó porque desde la oposición "van a la Justicia con denuncias vagas".
El presidente provisional del Senado, José Pampuro, en tanto, consideró que "resulta lamentable que se intente ensuciar al Senado arrojando un manto de sospechas sobre el conjunto de sus integrantes".
"Ganar o perder una votación no puede servir de justificativo para dañar a un cuerpo que es parte central de la vida institucional del país", afirmó Pampuro en un comunicado.
A su entender, "hablar de compra de votos es intentar remitir a graves situaciones pasadas que no tienen nada que ver con este Senado".
"Rechazo firmemente este tipo de comentarios acerca de la Cámara Alta que con orgullo integro por voluntad popular y presido de forma provisional", agregó el senador.
Días atrás, el revuelo se originó con acusaciones de distintos referentes opositores sobre un presunto sistema de compra de votos en el Senado.
"Cuando el Gobierno tiene dificultades, sale de shopping por el Senado", dijo Solá, a quien se le sumó la diputada nacional y líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió: "El Gobierno compra senadores. Esa es la única verdad".
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