Sigue el conflicto de obreros en reclamo a la Fundación Madres de Plaza de Mayo
Uno de los obreros contratados por el programa "Sueños Compartidos" aseguró hoy sentirse "dolido" porque "se jugó con los discursos de las Madres" de Plaza de Mayo y porque el ex apoderado de su Fundación, Sergio Schoklender, "se preocupó más por él que por la gente común".
Ernesto Sanz Alfonso, uno de los trabajadores que ayer cortaron el tránsito durante siete horas en la Avenida General Paz, en el barrio porteño de Lugano, en reclamo del pago de sueldos adeudados por la construcción de un complejo de viviendas, afirmó que "no hubo respuesta" por la discontinuidad de los haberes ni para explicar por qué no se hicieron los aportes sociales.
"Este sistema de pagos viene desde que comenzó. En su principio era aún peor: pasaban meses y meses sin cobrar. Ahora en estos últimos tiempos volvió al sistema del principio, de cobrar con días y quincenas de retraso. Determinaban ellos cuando pagaban", relató a radio Mitre. Según el trabajador, "la explicación que ellos daban era que, con este tema de certificar la obra, que venía tanto la gente de Nación como Ciudad, hasta que no estuviese certificado no se hacían los depósitos correspondientes para los pagos".
El programa de construcción de viviendas sociales de la Fundación Madres de Plaza de Mayo es investigado por la Justicia por las denuncias de presuntas irregularidades en el uso de fondos públicos por parte de Schoklender.
Asimismo, Sanz Alfonso dijo que "hubo gente que fue a la ANSES o recibió cartas en su domicilio donde figuraba un resumen de aportes cero. Eso empezó a llamar la atención al obrero común que no estaba interiorizado en ese tema". "No había respuesta para este tipo de temas. Había que salir de la hora de trabajo para ir al centro, a la oficina central. Eso significaba pérdida de presentismo, probabilidad de suspensión o sanciones. Era más factible quedarse tranquilo, sin hacer ningún tipo de pregunta y seguir trabajando", reveló.
Sanz Alfonso afirmó además que los obreros eran "invitados con voz de época de militarismo" para "ir a apoyar a la Presidenta" a los actos oficiales. "Hay que ir sí o sí porque todos somos culpables o responsables de lo que vaya a suceder. Una invitación un poco particular. Nadie decía nada y se subía a los micros", prosiguió.
Cuando se le preguntó si se concurría porque, en caso de faltar, se temía alguna represalia, contestó: "Sí, principalmente eso". Sanz Alfonso pidió además al gremio de los obreros de la construcción, UOCRA, "que vengan a apoyarnos en el trabajo de armar un equipo del sindicato dentro de la obra". "Estamos dolidos por el hecho que se jugó con los discursos de las Madres, con las buenas intenciones de ellas. Todos estos proyectos, a simple vista, prometían una apertura al común de la gente, su fuente de trabajo, ponerse al día con sus viviendas, su educación. (Schoklender) se preocupó más por él que por la gente común", continuó.