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Siete mil millones de personas

*Por Helio Abaca. Una de las temáticas más importantes que preocupa a los organismos Internacionales y los Estados es la población, que es uno de los elementos constitutivos de las naciones junto con el territorio y la organización institucional.

Su crecimiento a escala planetaria plantea nuevos desafíos ante una humanidad integrada por unos siete mil millones de personas. Por primera vez, las estadísticas de las agencias internacionales de estudios demográficos señalan la existencia de 42 por ciento de jóvenes que no superan los 25 años. Esta realidad es analizada por el director de la Maestría de Políticas de Migraciones Internacionales en la Universidad Nacional de Buenos Aires, el doctor Lelio Mármora, quien fue Director Nacional de Migraciones.

En una entrevista, el sociólogo y ex Representante Regional de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) se refirió a aspectos del fenómeno de la superpoblación considerando que en el 2012 la población mundial llegará a los 7.000 millones de personas.

LM: El aumento de la población mundial estimado para el 2012 desmiente proyecciones realizadas en los ‘70 y ‘80, donde el fantasma de la "superpoblación" pronosticaba cifras muy superiores.

La realidad es que las tasas de natalidad se han ido reduciendo y continuarán disminuyendo en el futuro, en forma diferencial de acuerdo al desarrollo de los países, debido al aumento del control de la natalidad. Control asumido más como decisiones individuales de acuerdo al número de hijos deseados, que con las campañas masivas de disminución de la población.

—A este ritmo de crecimiento, ¿se cumplirán las hipótesis malthusianas?

—Malthus y después los neomalthusianos planteaban la hipótesis de una superpoblación absoluta frente a una capacidad decreciente de producción de alimentos. Esta hipótesis ha sido desmentida por las revoluciones tecnológicas en la producción de alimentos, pero a su vez verificadas en tanto se sigan profundizando las brechas entre países ricos y pobres, enfrentando estos últimos al hambre como uno de los principales problemas actuales y futuros.

—¿Es suficiente el crecimiento de la población en los países desarrollados?

—Los países desarrollados, algunos con tasas de crecimiento de natalidad en disminución, por ejemplo Japón, Rusia, Alemania, España que perderán un 10 por ciento de su población, en las próximas décadas, se enfrentarán a problemas de demanda insatisfecha de mano de obra y de un desequilibrio entre su población económicamente activa y la pasiva, debido al proceso de envejecimiento en el que se encuentran.

—Considerando los grandes movimientos de población que se dan actualmente en todo el mundo, ¿se puede decir, como afirman distintos autores, que estamos en la "era de las migraciones"?

—En la actualidad sólo el 3,1 por ciento de la población mundial vive en países distintos al de su origen, una proporción menor que la que existía hace 100 años. Los problemas asociados a los movimientos de población se deben más a la falta de respuestas adecuadas por parte de los gobiernos, en especial los de destino, que al tamaño de la migraciones. No hay por parte de los gobiernos políticas dirigidas a las causas de las migraciones, producto directo de la pobreza y el subdesarrollo. Tampoco hay políticas sociales adecuadas que acompañen la demanda insatisfecha de los países de recepción ,que es cubierta por los trabajadores migrantes. Son insuficientes las políticas de vivienda y en muchos casos de regularización de la situación administrativa de los migrantes.

—En la Argentina, ¿estamos frente a una ola migratoria proveniente desde los países sudamericanos?

—La Argentina es un país tradicionalmente receptor de migraciones por su endémica falta de mano de obra, especialmente en sectores como el de la construcción, textil, servicios o cultivos temporales que se pierden por falta de fuerza de trabajo.

Aun así, los flujos de migrantes hacia la Argentina han disminuido pasando de un 30% en los años 20 del siglo pasado a menos de un 4 por ciento, en la actualidad. Este descenso es explicado básicamente por la disminución de la migración proveniente de ultramar, ya que las migraciones limítrofes se mantuvieron en los últimos 100 años entre un 2 y un 3 por ciento sobre la población total.

En realidad la Argentina, a pesar de las percepciones alarmistas, ha pasado a ser un país que se sitúa en la media mundial como receptor migratorio. Ha pasado de los primeros lugares del mundo a principios del siglo XX al puesto 126 sobre un total de 126 países, según el informe de la ONU de 2009.