Siete años de prisión por bombardear ositos de peluche
879 osos de peluche provistos de sus respectivos paracaídas fueron soltados en Bielorrusia en protesta al llamado "último dictador de Europa". Ahora los autores enfrentan una sentencia de hasta 7 años de prisión.
La protesta donde cientos de ositos de peluche cayeron sobre el cielo de Bielorrusia llamó la atención mundial. El pasado 4 de julio, miembros de Studio Total, una compañía de relaciones públicas con sede en Suecia, soltó 879 osos de peluche, provistos de sus respectivos paracaídas, que portaban mensajes a favor de los derechos humanos.
Según detalla PijamaSurf.com, el simbólico bombardeo realizado cerca de Ivenets, una ciudad cercana a la capital Minsk, fue en protesta al llamado "último dictador de Europa", el presidente Alexander Lukashenko, acusado de atentar contra la libertad de expresión de los ciudadanos bielorrusos.
Los autores de la protesta, Thomas Mazetti y Hannah Frey, dijeron entonces que su intención era llamar la atención mundial sobre la actualidad en Bielorrusia y en particular sobre el régimen de inclinaciones militares impuesto por Lukashenko.
En un principio el gobierno bielorruso negó el episodio, pero luego de algunas recientes detenciones y renuncias, se reveló que las autoridades tuvieron conocimiento del hecho y no quisieron aceptarlo ante la opinión pública.
El general Dmitry Pakhmelkin, comandante de la Fuerza Aérea, fue removido de su cargo; asimismo, el estudiante de fotografía Anton Suryapin y el empleado de gobierno Sergei Basharimov fueron detenidos y podrían pasar hasta 7 años en prisión por ayudar a que otros cruzaran ilegalmente la frontera.
Según detalla PijamaSurf.com, el simbólico bombardeo realizado cerca de Ivenets, una ciudad cercana a la capital Minsk, fue en protesta al llamado "último dictador de Europa", el presidente Alexander Lukashenko, acusado de atentar contra la libertad de expresión de los ciudadanos bielorrusos.
Los autores de la protesta, Thomas Mazetti y Hannah Frey, dijeron entonces que su intención era llamar la atención mundial sobre la actualidad en Bielorrusia y en particular sobre el régimen de inclinaciones militares impuesto por Lukashenko.
En un principio el gobierno bielorruso negó el episodio, pero luego de algunas recientes detenciones y renuncias, se reveló que las autoridades tuvieron conocimiento del hecho y no quisieron aceptarlo ante la opinión pública.
El general Dmitry Pakhmelkin, comandante de la Fuerza Aérea, fue removido de su cargo; asimismo, el estudiante de fotografía Anton Suryapin y el empleado de gobierno Sergei Basharimov fueron detenidos y podrían pasar hasta 7 años en prisión por ayudar a que otros cruzaran ilegalmente la frontera.