"Siempre estuvimos reconciliados"

Definitivamente, la popularidad y el carisma de Carlos Tevez (27) generan una singular atracción en la comunidad femenina. Que bellezas de la talla de Natalia Fassi, Brenda Asnícar y Vanesa Carbone hayan pasado por sus brazos, explica que no siempre es indispensable ser rubio y de ojos celestes para sentirse un verdadero ganador en el campo de las polleras. Por supuesto que el futbolista es dueño además de otras cualidades, y no nos referimos a cuestiones íntimas ni relacionadas a su desenvolvimiento amatorio.

Hablamos de temas más profundos, más ligados a lo sentimental. Si se lo propone, por su carisma y, por qué no, por su cuenta bancaria, el ex hombre de Boca podría conquistar chicas, adolescentes y ni hablar maduritas. Sí, aunque la naturaleza no le proporcionó un rostro de galán televisivo, su sentido del humor y su espíritu de humildad permanente son capaces de relegar a un segundo plano los detalles estéticos que le impiden considerarse un tipo carilindo.

Sin embargo, en los últimos años, Carlitos jamás pudo despojarse del amor que siente por la madre de sus hijas. Para él, las raíces afectivas no tienen fecha de vencimiento, más cuando se trata de alguien tan especial. Los promocionados romances que experimentó desde que se separó de Vanesa, no parecen haberlo convencido demasiado, y tal vez sirvieron para comprobar que no abundan las mujeres con todas la letras.

Probablemente por esa razón fueron pocos los que se asombraron cuando, el lunes 6 de junio, su mujer confirmó que intentarán darse una segunda oportunidad: "Siempre estuvimos reconciliados", fue la respuesta de Vanesa cuando se le consultó si, efectivamente, la pareja ha vuelto a convivir. Más allá de que previamente se venían produciendo episodios que lo daban a entender, el retorno del Apache con su novia de la adolescencia no podía ser anunciado hasta tanto los propios protagonistas no lo formalizaran.

"Estamos muy bien, contentos", agregó Vanesa, mientras acompañaba a Tevez en el acto de inauguración de la fundación que el delantero abrió para ayudar a chicos de la calle. Secundado por distintas figuras reconocidas del deporte nacional, Carlitos encabezó la ceremonia y aprovechó para agradecer "a la gente, que me pidió para la Selección".

Otro motivo de felicidad para el futbolista, pues dos días antes había celebrado el bautismo de su hija menor, Flopy. Fue en su casa de La Horqueta, donde instaló dos carpas y copió la escenografía de un circo, con puestos de pochoclo y un mini Mc Donald’s. Sueño cumplido para él y los suyos, que disfrutan del presente y anhelan que el futuro los mantenga a todos cobijados en el calor de un mismo hogar.