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¿Será justicia?

* Por José Luis Toso. Una medida judicial inesperada encendió luces de alerta en el oficialismo provincial y alentó a alguna reacción a la por ahora calma oposición.

Al desestimar la Justicia Federal de Mendoza el amparo presentado el año pasado por la Cámara de Comercio de San Rafael contra el decreto presidencial 699/10, de prórroga de la promoción industrial en provincias vecinas, se palpitó una tormenta política de magnitud cuando todavía no comienza en su plenitud la campaña electoral hacia las elecciones de octubre.

La sorpresa en el PJ provincial fue muy grande. No era esta vez un hecho político el causante del enojo. Fue la Justicia, y sus tiempos, a través de la Cámara Federal en la provincia, la que reavivó un tema siempre dotado de altísimo voltaje para quien le toque estar al frente del Gobierno.

De la sorpresa a la impotencia poco tiempo transcurrió. Tal vez por eso muchos funcionarios del gobierno de Jaque, y también legisladores habitualmente prudentes, transformaron su sorpresa en una bien montada escena de supuesta indignación ante la decisión de los jueces. Los camaristas mendocinos fueron los destinatarios de conceptos de elevado tono, pronunciados al más puro estilo de muchas figuras del kirchnerismo nacional.

Curiosamente, el lunes, mientras en Buenos Aires la artillería kirchnerista apuntaba básicamente a la mitad de la población porteña por haber otorgado a Macri más del 47 por ciento de los votos, aquí la ira jaquista fue dirigida a los jueces.

Sin duda, la inquietud oficial por la situación del juez Romano en relación con su involucramiento en juicios  por  crímenes durante la dictadura militar, son muy atendibles pero no aportan ninguna claridad conceptos más propios de barrabravas que "aprietan" que de funcionarios que deben conducir aun en la adversidad. Luego hubo, también, un lógico cruce de acusaciones entre Iglesias y el candidato del PJ, Francisco Pérez, como espumoso aperitivo de la campaña electoral a punto de iniciarse formalmente.

Recurrir a la negociación. En medio del intercambio de opiniones entre oficialismo y oposición, apareció como atinada la postura del candidato a gobernador del radicalismo, Roberto Iglesias, que lisa y llanamente pidió a Jaque lo más lógico: plantear ante la Nación la suspensión del nefasto decreto 699/2010 y estirar la negociación para que el debate sobre la promoción industrial quede en manos del gobierno provincial que asuma en diciembre.

En la misma dirección el gobierno provincial mandó, para una avanzada ante la Casa Rosada, al ministro Raúl Mercau, el más indicado en esta instancia, no sólo por conducir el área gubernamental ligada con el problema de la promoción industrial sino por su estilo moderado y prudente.

Sin dejar de lado el enojo oficial por el momento elegido por los camaristas para tirar abajo el reclamo sanrafaelino, Mercau se encargó de asegurar que en el gobierno nacional nadie estaba enterado del fallo judicial y que, al margen, no existía ninguna intención de poner en marcha el régimen promocional.

Sin embargo, en virtud de que fundamentalmente en San Juan y La Rioja comenzaron a frotarse las manos al enterarse de la medida judicial en nuestra provincia, a través de Mercau, Mendoza reflotó propuestas alternativas ya apuntadas el año pasado cuando se supo de la existencia del decreto presidencial. Ayer, el ministro de Producción, en declaraciones radiales, mantuvo lógica reserva de esta nueva estrategia del gobierno de Jaque, pero dijo que se trabaja en una "nueva propuesta sustentable desde lo productivo y lo social" y con buenas posibilidades de generación de empleo.

¿Complicación para la campaña del oficialismo? El nuevo rebrote de la promoción industrial llegó en el momento de definición de las grandes estrategias hacia las elecciones de octubre.
Lógicamente, el más beneficiado a priori es el radicalismo, que pretende a toda costa provincializar la discusión. Éste es un tema que levanta polvareda. Si bien a la anterior gestión provincial de Cobos también se le pueden adjudicar debilidades ante la Nación si de negociaciones por la promoción se trata, no puede desconocerse un manejo dubitativo de parte del gobierno de Jaque cuando el decreto presidencial 699 entró en escena, el año pasado. Es por eso que cualquier discusión o debate sobre el mismo en estos momentos afecta más al oficialismo.

El PJ provincial pretende llevar adelante una campaña tranquila, bien referenciada en la imagen presidencial, lejos de los asuntos locales polémicos y conflictivos, como la seguridad, la vivienda, etc. Nadie quiere, en el equipo que acompaña a la fórmula, que existan riesgos políticos derivados de temas nacionales; la promoción es un ejemplo en tal sentido.

 Instalar la discusión sobre las fortalezas políticas de Cristina Fernández es parte de la estrategia y dicen, quienes acercan encuestas a "Paco" Pérez y su equipo, que en los sondeos la Presidenta mide muy bien en Mendoza. Se habla de una intención de voto que superaría cómodamente el 40 por ciento, con mucha más fuerza en los departamentos del sur.

Esos mismos datos indican que el eje Cristina-"Paco" Pérez tendría hoy una tendencia del 38 por ciento, con unos diez puntos porcentuales de ventaja sobre Alfonsín-Iglesias. En cambio, si se contrasta solamente entre candidatos provinciales, el radical supera por lo menos por cuatro puntos a su par oficialista.

Por lo tanto, la Presidenta y los intendentes son la mayor fortaleza que tiene el justicialismo mendocino para aspirar a un arrastre en la votación que lo lleve a retener el gobierno provincial. En realidad, todos los intendentes, sin distinción de signo político, marchan adelante en las encuestas. La diferencia a favor del PJ radica en estar gobernando territorios más populosos.

Es por eso que, siempre pensando en la campaña mendocina, no hay que descartar que los contactos en Buenos Aires por la promoción industrial, que terminaron realizando la semana pasada Jaque y Pérez en la Casa Rosada, deriven en el anuncio presidencial de alguna medida que, como ya anticipara el ministro Mercau, armonice intereses mendocinos y del resto de las provincias.

Hay que tener presente que Mendoza no influye mucho en el caudal electoral nacional, pero por sí sola suma votos, muchos más que San Luis, San Juan, Catamarca y La Rioja. Pese al dato favorable de las encuestas, saben en el kirchnerismo que Cristina no está en condiciones de arriesgar y las primarias del 14 de agosto están muy cerca.

Iglesias-Jaliff y la posibilidad de apoyo de otros partidos. En su reciente visita a la provincia, Elisa Carrió dejó en claro que su relación personal y política con Roberto Iglesias es muy buena. Se da por entendido que la Coalición Cívica, que no tendrá fórmula provincial porque está en plena reorganización luego de la partida de dirigentes hacia el kirchnerismo, tiene la intención de llevar como candidatos provinciales a los del radicalismo.

Sin embargo, más allá de este acercamiento, muchas versiones circularon en los últimos días sobre la posibilidad de que casi toda la oposición mendocina termine apoyando a Iglesias- Jaliff. El rumor también se maneja con bastante expectativa en el oficialismo.

¿Quién está detrás de esta trama? Porque a nivel nacional hace pocos días Eduardo Duhalde planteó que todos los candidatos presidenciales respalden al opositor que más votos obtenga en las primarias abiertas. Claro, se trata de primarias sin internas, ya que todos los partidos o alianzas llevan un solo precandidato. Así, esta novedosa elección se va a transformar en una suerte de primera vuelta.

Como en Mendoza no hay primarias provinciales, un eventual arreglo entre partidos opositores para apoyar a la fórmula radical debería surgir simplemente de acuerdos de cúpulas.

Por lo menos, de parte de los demócratas no habría ninguna expectativa en tal sentido.

Ayer se realizó una reunión de trabajo entre los candidatos a diputados nacionales y los jefes partidarios a nivel departamental para seguir avanzando en la discusión por la candidatura a gobernador, en la que un dirigente del PD debe encabezar la fórmula junto a algún representante de los partidos socios.

De todos modos, no debería descartarse algún debate si se tiene en cuenta que dentro del mismo PD varios referentes planteaban, antes de la interna, la necesidad de formar, a nivel nacional y también local, un frente que le haga fuerza al kirchnerismo gobernante.

Mientras demócratas y otros partidos opositores definen qué hacer, la campaña se encamina entre un justicialismo que ha puesto todas las fichas a la imagen presidencial y un radicalismo que quiere un debate puertas adentro con el peronismo, para que los dos ministros de la fórmula se hagan cargo de defender la gestión de Jaque.