Señales de falta de confianza
Si bien la economía crece a un ritmo sustancial y se espera un crecimiento también elevado el año que viene, persisten signos de desconfianza que se reflejan en los indicadores y que deben atribuirse fundamentalmente a incertidumbres generadas por actitudes oficiales en relación a las empresas.
Un signo de este problema es que, según una reciente información del INDEC, la inversión en la industria está por detrás de lo necesario para mantener un margen adecuado de capacidad instalada sin utilizar.
Por este motivo, en algunos sectores clave, como la industria metálica o la textil, el uso de la capacidad instalada supera el 90% pero, de acuerdo a la encuesta del INDEC, los empresarios preven realizar solo inversiones para mantener el ritmo de producción y no habrá grandes proyectos.
Estos últimos son los que se hacen para ampliar la capacidad productiva pensando en el futuro y se motorizan cuando, además de condiciones económicas adecuadas, existe confianza en el funcionamiento del sistema político, las conductas de los gobiernos con el sector privado y el respeto de las reglas de juego.
Otro signo de desconfianza es, como también da cuenta el INDEC, que a pesar de la recuperación de la economía los residentes mantienen en el exterior 140.000 millones de dólares, una suma que triplica las reservas y supera la deuda externa. La gran mayoría de esos activos no están registrados y una parte se formaron con remesas de empresas extranjeras radicadas en el país.
En relación con el tema de la inversión, según la estimación del INDEC, si bien las utilidades de las empresas extranjeras aumentaron en relación a las del año pasado, sólo reinvirtieron la mitad de las mismas en el país.
La insuficiencia en la inversión es motivo de presiones inflacionarias, dificulta el crecimiento de la actividad y la productividad, mantiene el empleo por debajo del potencial existente y genera pérdida de competitividad.
A pesar del crecimiento de la economía, la inversión sigue estando por debajo de lo necesario, lo cual se explica por incertidumbre y falta de confianza de los inversores.