Semana Santa: una “escapadita” sin moverte de Buenos Aires
Por paradójico que suene, es posible hacerse una “escapadita” sin moverse de la ciudad. Armate la valija que te llevamos a un hotel-museo con mucha historia dentro del Casco Histórico, una especie de oasis escondido entre la muchedumbre donde podrás disfrutar de un jardín nativo, mucho arte y lo mejor de la comida peruana gourmet.
Lo que te proponemos hoy es una opción urbana para bajar un cambio sin siquiera mover el auto del garaje. Cassa Lepage Art Hotel es un espacio es un hotel boutique ubicado en pleno casco histórico (Bolívar 373) que rescata su historia y la saca a relucir en un modo único, combinándola con el diseño y el confort modernos.
Cuenta con 22 habitaciones, una terraza que además es un jardín nativo, galería de arte, salón de eventos y Museo de Sitio.
Se trata de un antiguo pasaje comercial, construido a fines del siglo XIX. Allí se instaló en 1889 la Cassa Lepage, una de las primeras firmas introductorias de artículos de fotografía en el país.
En ese mismo local, trabajaron Eugenio Py y Max Glücksman, pioneros del cine nacional.
También desde ahí, Glücksmann comenzó la carrera que lo llevaría a liderar la industria discográfica nacional entre 1914 y 1930, firmando con artistas de la talla de Carlos Gardel.
“El edificio fue restaurado a partir de 2005 por el estudio AMC. Se trata de una puesta en valor multipremiada”, cuenta Patricia Etchehun quien está a cargo de la organización de eventos..
Pero unos setenta años antes, en 1930, este pasaje con locales y viviendas ya había sido intervenido por un arquitecto importante: nada menos que el padre del Art Decó porteño: Alejandro Virasoro.
La puesta en valor de AMC contó con el acompañamiento del equipo de arqueólogos del Centro de Arqueología Urbana (IAA-UBA). Ellos fueron quienes rescataron los centenares de objetos que se remontan a principios del siglo XVII que hoy se exhiben en las vitrinas del Museo de Sitio.
Piezas de vajilla y cocina, frascos de tónicos, perfumeros, artículos de higiene personal, fichas de juegos de mesa y pipas de fuma. son verdaderos tesoros arqueológicos, de enorme valor científico y patrimonial.
Además, es posible apreciar estructuras como los cimientos de la antigua casa Puebla-Almandoz (de 1790), varios aljibes y cisternas, y caminar entre las bases mismas del edificio del siglo XIX.
“Por todo el edificio brilla el arte y asoma la historia”, resume el gerente del hotel Julián Grano.
La terraza es un espacio de relax de esos que se cuentan con los dedos de una mano. Está protagonizada por un maravilloso mural de mosaico veneciano firmado por el renombrado Marino Santa María, desde donde un Gardel Pop nos sonríe por triplicado.
Y para deleitar el paladar, en el mismo complejo del Hotel funciona en restaurant Puerta del Inca, un verdadero templo de la cocina peruana gourmet.
En fin, un lugar para pasar un fin de semana entero descubriendo las obras de la galería de arte, las piezas arqueológicas y la infinidad de detalles de diseño y decoración que honran la historia pero con la frescura de la modernidad.
Si además te dan ganas de salir un poco a recorrer el casco histórico, basta con dar unos pasos para reencontrarse con íconos de nuestro patrimonio como la Manzana de las Luces o el Mercado de San Telmo.
Hay visitas guiadas a cargo de la curadora del Museo de Sitio, Flavia Zorzi, los jueves a as19:00 hs (https://visitapasajebelgrano.eventbrite.com.ar/). Mas info en www.cassalepage.com
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