Sociedad
Segunda ola: meseta alta en el AMBA y seis provincias en alerta máxima
Si bien el ritmo de contagios comenzó a ceder muy lentamente en Buenos Aires, en varios puntos de país el avance es cada vez más rápido.
Las autoridades sanitarias del Área Metropolitana de Buenos Aires y los infectólogos afirman que Argentina ya superó el pico de la segunda ola, sin embargo, casi todo el país continúa en rojo en los principales indicadores para evaluar el riesgo sanitario. Y hay seis provincias en alerta máxima: San Luis, Neuquén, Río Negro, La Pampa, San Juan y Formosa.
En los encuentros que Alberto Fernández mantiene junto a sus principales funcionarios, el COFESA (Consejo Federal de Salud) y el comité de expertos para evaluar la situación epidemiológica y definir las restricciones, los dos principales indicadores sanitarios que tienen en cuenta son la tasa de incidencia y el factor de reproducción R0.
El primero mide la cantidad de casos nuevos cada 100 mil habitantes en los últimos 14 días. El límite fijado por la Casa Rosada es de 150. Todas las provincias del país, con la excepción de Misiones, superan esa cifra. La jurisdicción con la tasa de incidencia más elevada es San Luis: 1386, casi 10 veces más alto que el valor permitido, según el registro que lleva adelante la Universidad Tecnológica Nacional (UTN). Lo sigue la Ciudad de Buenos Aires, con 1171; y La Pampa, con 1126.
El R0 estima la velocidad con que el virus puede propagarse en una población. Se obtiene a través de la división entre la cantidad de casos acumulados en los últimos 14 días y el mismo valor de los 14 días anteriores. La alarma se enciende si el número es mayor que 1,2, porque expresa que el aumento de casos es superior al 20% entre quincenas: el más alto del país lo exhibe Neuquén (1,91). Detrás aparecen La Pampa (1,39), San Juan (1,38), Río Negro (1,35), y en las últimas 24 horas se sumó Formosa (1,35).
San Luis registró en la última semana dos récords de muertes (10) por el virus y este viernes sumó la cifra más alta de contagios de los últimos siete días: 629. Tras acusar hace dos semanas la cifra más alta de contagios (1156), allí persiste una meseta elevada que día a día hace crecer la ocupación de unidades de terapia intensiva.
Neuquén, una de las provincias más golpeadas por el virus desde el inicio de la pandemia, sumó este viernes 608 nuevos contagios: un día antes había reportado 509. Allí la ocupación UTI subió al 96,5% y la amenaza de un colapso sanitario sigue latente.
La Pampa acumuló este viernes 421 casos, muy por encima de los registros de principios de la semana (248). Allí también preocupan los altos niveles de positividad: el 22% de los testeos realizados en la última jornada dieron positivo.
Río Negro reportó en las últimas 24 horas la cifra más alta de casos desde el 21 de enero: 387. En toda la provincia quedan apenas 16 camas críticas sin ocupar. Y en Bariloche, donde las UTI están a tope desde hace 10 días, los contagios no ceden: este viernes acumuló 128 y se mantuvo al frente del registro provincial.
En San Juan persiste una meseta alta en torno a los 300 casos diarios y la ocupación de camas UTI viene en alza: en la última semana aumentó un 10%.
Formosa encarna una situación impensada hasta hace pocos meses, cuando la gestión del gobernador Gildo Insfrán se jactaba de lucir los mejores indicadores epidemiológicos del país, en contraposición con las denuncias por maltrato y hacinamiento en los centros de aislamiento para casos positivos y sospechosos de COVID-19.
“Los siete muertos nos duelen muchísimo, porque a los siete yo los conozco con nombre y apellido”, señaló Jorge González, ministro de Gobierno local, el 22 de enero. Se refería a la totalidad de víctimas fatales de la provincia desde el inicio de la pandemia. Sin embargo, siete muertos fue lo acumuló Formosa solo el último martes. Ese día también registró la cifra más alta de contagios: 711. A principios de la semana, Insfrán ordenó el regreso a fase 1, aunque por el momento no logra contener la curva.
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