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Según el último informe de la ONU, reducir el consumo de carne ayudaría a frenar el cambio climático
Los datos fueron conocidos en el informe "El Cambio Climático y la Tierra" divulgado por la Organización de las Naciones Unidas.
El documento especial del IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático), si no reducimos la emisión de gases de efecto invernadero, el impacto del calentamiento global en la tierra, la agricultura y la vida de la humanidad será muy drástico.
El documento especial del IPCC sobre el cambio climático y la tierra, difundido ayer en Ginebra, analiza el papel de las decisiones sobre manejo de la tierra tanto para reducir como para adaptarse al calentamiento global.
El informe "El Cambio Climático y la Tierra", divulgado ayer en Ginebra, confirma que "la agricultura, la producción de alimentos y la deforestación contribuyen al cambio climático", según precisó a Télam Carolina Vega, investigadora argentina del Conicet que participó de ese trabajo.
"La forma en que producimos los alimentos importa tanto como nuestra dieta. El reporte concluye que las dietas basadas en alimentos de origen vegetal (cereales, legumbres, frutas y verduras) y animal, producidos de forma sostenible, se adaptan mejor al cambio climático y limitan sus efectos", señaló Vera, recién llegada a Buenos Aires desde Ginebra.
Para la doctora en Ciencias Atmosféricas del Conicet, premiada recientemente con el galardón Cleveland Abbe de la Asociación de Meteorología de los Estados Unidos, ambos factores también "contribuyen a un manejo sustentable del suelo y a una mejor nutrición".
Vera participó en representación de la comunidad científica de Sudamérica del plenario del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) en Ginebra, durante el cual 195 signatarios del Acuerdo de París aprobaron el informe divulgado este jueves.
Respecto de ese trabajo, indicó que muestra que las condiciones sobre la tierra (o la parte de la superficie no cubierta por los océanos o hielos) "están degradadas en un cuarto de su totalidad y es una situación crítica con una tasa de explotación de la tierra y agua dulce de las últimas décadas que no tiene precedentes en la historia humana".
"El cambio climático está empeorando y está socavando la seguridad alimentaria", agregó Vera, docente e Investigadora de la Universidad de Buenos Aires y Conicet y vicepresidenta del grupo de trabajo I del IPCC, que depende de la ONU.
A su vez, remarcó que la tierra que ya estamos utilizando podría alimentar al mundo en un clima cambiante y "proporcionar biomasa para energías renovables aunque requeriría una pronta acción y de largo alcance a través de varios frentes".
Un manejo sustentable de la tierra también contribuye a la conservación de la biodiversidad y puede jugar su parte para enfrentar al cambio climático, pero no puede hacer todo, agregó en diálogo telefónico con Télam.
Los investigadores argentinos del Conicet Esteban Jobbagy, de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL), y Miguel Taboada, del INTA, participaron como autores de los capítulos 4 y 6 del informe aprobado, respectivamente, aunque no estuvieron en la sesión plenaria.
"El informe emite una alerta amarilla acerca de la calidad de ciertas dietas y sugiere ir a otras basadas en verduras, legumbres, pescados, tipo dietas mediterráneas, y disminuir fuertemente el consumo de carnes rojas", sugirió Miguel Taboada, director del Instituto de Suelos del INTA, quien resaltó que "en 1990, Argentina producía 25 millones de toneladas de granos. Ahora 150 millones".
Vera, que nació en San Nicolás de los Arroyos, ciudad bonaerense ubicada sobre el Río Paraná, fue premiada por la Asociación Meteorológica de Estados Unidos con el premio Cleveland Abbe por "su devoción desinteresada por avanzar y comunicar la ciencia del clima al mundo".
El organismo realizó el 29 de julio el anuncio del galardón, que será otorgado oficialmente el 12 de enero próximo.
"No queremos decir a la gente qué comer -aseguró Hans-Otto Pörtner, presidente del grupo de trabajo del IPCC sobre impactos, adaptación y vulnerabilidad-. Pero sería realmente beneficioso, tanto para el clima como para la salud humana, que la gente de muchos países desarrollados consumiera menos carne, y que la política creara incentivos apropiados a tal efecto".
El documento especial del IPCC sobre el cambio climático y la tierra, difundido ayer en Ginebra, analiza el papel de las decisiones sobre manejo de la tierra tanto para reducir como para adaptarse al calentamiento global.
El informe "El Cambio Climático y la Tierra", divulgado ayer en Ginebra, confirma que "la agricultura, la producción de alimentos y la deforestación contribuyen al cambio climático", según precisó a Télam Carolina Vega, investigadora argentina del Conicet que participó de ese trabajo.
"La forma en que producimos los alimentos importa tanto como nuestra dieta. El reporte concluye que las dietas basadas en alimentos de origen vegetal (cereales, legumbres, frutas y verduras) y animal, producidos de forma sostenible, se adaptan mejor al cambio climático y limitan sus efectos", señaló Vera, recién llegada a Buenos Aires desde Ginebra.
Para la doctora en Ciencias Atmosféricas del Conicet, premiada recientemente con el galardón Cleveland Abbe de la Asociación de Meteorología de los Estados Unidos, ambos factores también "contribuyen a un manejo sustentable del suelo y a una mejor nutrición".
Vera participó en representación de la comunidad científica de Sudamérica del plenario del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) en Ginebra, durante el cual 195 signatarios del Acuerdo de París aprobaron el informe divulgado este jueves.
Respecto de ese trabajo, indicó que muestra que las condiciones sobre la tierra (o la parte de la superficie no cubierta por los océanos o hielos) "están degradadas en un cuarto de su totalidad y es una situación crítica con una tasa de explotación de la tierra y agua dulce de las últimas décadas que no tiene precedentes en la historia humana".
"El cambio climático está empeorando y está socavando la seguridad alimentaria", agregó Vera, docente e Investigadora de la Universidad de Buenos Aires y Conicet y vicepresidenta del grupo de trabajo I del IPCC, que depende de la ONU.
A su vez, remarcó que la tierra que ya estamos utilizando podría alimentar al mundo en un clima cambiante y "proporcionar biomasa para energías renovables aunque requeriría una pronta acción y de largo alcance a través de varios frentes".
Un manejo sustentable de la tierra también contribuye a la conservación de la biodiversidad y puede jugar su parte para enfrentar al cambio climático, pero no puede hacer todo, agregó en diálogo telefónico con Télam.
Los investigadores argentinos del Conicet Esteban Jobbagy, de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL), y Miguel Taboada, del INTA, participaron como autores de los capítulos 4 y 6 del informe aprobado, respectivamente, aunque no estuvieron en la sesión plenaria.
"El informe emite una alerta amarilla acerca de la calidad de ciertas dietas y sugiere ir a otras basadas en verduras, legumbres, pescados, tipo dietas mediterráneas, y disminuir fuertemente el consumo de carnes rojas", sugirió Miguel Taboada, director del Instituto de Suelos del INTA, quien resaltó que "en 1990, Argentina producía 25 millones de toneladas de granos. Ahora 150 millones".
Vera, que nació en San Nicolás de los Arroyos, ciudad bonaerense ubicada sobre el Río Paraná, fue premiada por la Asociación Meteorológica de Estados Unidos con el premio Cleveland Abbe por "su devoción desinteresada por avanzar y comunicar la ciencia del clima al mundo".
El organismo realizó el 29 de julio el anuncio del galardón, que será otorgado oficialmente el 12 de enero próximo.
"No queremos decir a la gente qué comer -aseguró Hans-Otto Pörtner, presidente del grupo de trabajo del IPCC sobre impactos, adaptación y vulnerabilidad-. Pero sería realmente beneficioso, tanto para el clima como para la salud humana, que la gente de muchos países desarrollados consumiera menos carne, y que la política creara incentivos apropiados a tal efecto".
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