Secuestro en Ohio: "Soy un depredador sexual y necesito ayuda", dijo el acusado
El hombre de 52 años, responsable de secuestrar y torturar a tres jóvenes durante 10 años en Ohio, Estados Unidos, había reconocido años atrás que estaba enfermo.
El acusado fue identificado como Ariel Castro, un chofer de autobús de 52 años que vivía en la misma casa en donde fueron halladas las jóvenes: Amanda Berry, Gina De Jesús y Michelle Knight, quienes parecían estar bien de salud, informaron las agencias Ansa y DPA.
En 2004 Ariel Castro había reconocido que necesitaba ayuda: "Soy un depredador sexual y necesito ayuda".
Por su parte, Berry había sido vista por última vez en 2003, un día antes de cumplir 17 años; De Jesús tenía 14 cuando desapareció, en abril de 2004, mientras caminaba a la escuela, y Knight tenía 21 cuando fue vista por última vez, en agosto de 2000.
Berry, quien tuvo una hija durante su cautiverio, logró escapar cuando su captor salió de la casa y logró llamar a la policía con ayuda de un vecino.
Angustiada, se comunicó con el 911 al grito de "ayúdenme, soy Amanda Berry y he estado secuestrada durante 10 años", según consta en la grabación de la llamada que circuló luego en los medios de comunicación.
El vecino de Castro que la ayudó, Charles Ramsey, relató que oyó los gritos de Berry y vio su brazo que hacía gestos a través de un hueco en la puerta, por lo que corrió al porche delantero pero la puerta estaba bloqueada, así que la tiró abajo y logró liberar a
Berry.
Luego del llamado de esta secuestrada, la policía se dirigió al lugar y, al allanar la vivienda, encontró y liberó a las otras dos jóvenes.
Los vecinos aseguraron no haber notado nunca nada raro en la vivienda y Ramsey afirmó que "no había ningún indicio de que hubiera alguien más en la casa".
Además de Ariel Castro fueron detenidos dos de sus hermanos, de 50 y 54 años, informó Ed Tomba, vicejefe de policía de Cleveland, quien añadió que el FBI inspeccionaba el lugar.
Las mujeres estaban en lo que parecía ser una casa de madera normal de un barrio hispano en la ciudad del norte de Ohio, a menos de un kilómetro de donde viven las familias de Berry y de De Jesús.
Los casos de estas dos jóvenes tuvieron cobertura mediática: se hicieron vigilias en sus casas y pósters, fotos y artículos en la prensa local que ayudaron a mantener viva la memoria de ambas, y por eso, cuando Berry escapó y pidió ayuda, un vecino la reconoció y la ayudó.
El alcalde de Cleveland, Frank Jackson, destacó que "tenemos muchas preguntas sin respuesta en relación con el caso y las investigaciones continuarán", aunque pidió a los medios que les den "espacio" a las jóvenes y sus familias para superar estas vivencias
"traumáticas".
El agente especial del FBI Steven Anthony sostuvo que, con todo, "la pesadilla ha terminado", y aunque admitió que todavía quedan muchas preguntas por responder, "ahora empieza la curación"
de las heridas, afirmó.
Más tarde, los medios publicaron las fotografías de los tres detenidos, contra quienes se presentará una acusación formal, según lo anunciado por Tomba.
"Vamos a presentar los cargos contra esos sospechosos. Creemos que tenemos a los responsables", dijo el vicejefe de policía de Cleveland en rueda de prensa en Cleveland, sin revelar sin embargo detalles de la acusación.
Sandra Ruiz, tía de De Jesús, afirmó hoy a CNN que la liberación de las tres era "un milagro" y dijo que "quien no cree en Dios debe empezar a creer".
Ruiz indicó que ahora "hay que dar tiempo" a las chicas y subrayó lo "fuertes" que han sido las tres.
Según algunas fuentes, la familia de De Jesús conocía a la del hispano Ariel Castro.
Este caso recuerda el de Jaycee Lee Dugard, secuestrada en California cuando tenía 11 años y mantenida en cautiverio durante 18 años hasta ser liberada en 2009, y el de la austriaca Natascha Kampush, desaparecida cuando tenía 10 años y encontrada ocho años después, en el agosto de 2006.