Sociedad
Se triplicó la cantidad de personas que van a comer a las iglesias
En el Oeste del Conurbano, cada vez más gente hace cola para recibir ayuda alimentaria. Cáritas organiza la ayuda, pero dice que no le alcanzan los fondos que recibe ante tanta demanda.
La entrega de comida en las puertas de las iglesias se triplicó durante el verano en los municipios de Morón, Ituzaingó, Hurlingham, Merlo y Moreno. Eso se desprende de la consulta de Clarín a Cáritas Argentina, quien organiza la ayuda alimentaria.
Además, desde las diócesis expresaron que el desembolso recibido en febrero por parte del acuerdo entre el Ministerio de Capital Humano y Cáritas para la compra de alimentos "quedo desfasado" por la inflación.
En el caso de la Diócesis de Cáritas de Morón, que también incluye los distritos de Hurlingham e Ituzaingó, las parroquias pasaron de recibir entre diciembre y febrero un promedio de 250 comensales a 550 los 5 días hábiles de la semana.
"Fue en enero cuando notamos que hubo un incremento de la demanda concreta", informó Paula Porce, directora de la diócesis y vicedirectora de la Comisión Nacional de Cáritas. En los tres territorios del Oeste dirige un total de 20 comedores en jardines de infantes, parroquias y capillas.
Entre las parroquias con mayor emergencia alimenticia mencionó a San Juan Tadeo, ubicada en Gral. Félix Olazábal 848, Ituzaingó; Sagrada Familia, situada en la calle José M. Estrada 226, Haedo y Virgen de la Esperanza, de la calle Arribeños 2466, Hurlingham.
“El año pasado, el número promedio estaba entre 250 y 300 personas. Ahora son 500 las que vienen a comer de lunes a viernes”, contó Juan Barbieri, director de la fundación Casa de Jesús, organización sin fines de lucro que se encarga de llevar a cabo la acción solidaria en la parroquia Sagrada Familia. La entidad también brida 250 bolsones de alimentos a 2000 familias de la zona.
“Entre los viene a comer hay muchos jubilados y personas que hace poco están en situación de calle. Son reconocibles porque les da vergüenza pedir o les terminan robando en la fila", observó Barbieri.
Por último explicó que el aumento de la demanda alimenticia es normal durante los meses del verano pero “no a ese nivel” y apuntó al cierre de los comedores y merenderos comunitarios de la zona.“Somos personas de fe, no podemos negar un plato de comida”, concluyó la autoridad.
Para donaciones, se puede contactar a la fundación a través de su página web casadejesus.org o su cuenta de Instagram @fcasadejesus.
En lo que respecta a los municipios de Merlo y Moreno, desde su diócesis comunicaron que en algunos espacios se triplicó la ayuda alimentaria entre noviembre y febrero. "Hasta mitad de diciembre repartíamos 250 viandas y ahora 800", indicó Marisa Martínez Cuba, vicedirectora de la Diócesis de Cáritas Merlo-Moreno.
Además informó que de los 35 comedores de la entidad distribuidos entre los dos partidos, 32 no están contando con financiamiento. "Renovamos el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) de Cáritas para comprar alimentos secos hace menos de 15 días y no llegamos a cubrir ni el 0,25 de la demanda", notificó.
Entre sus parroquias más concurridas están Sagrado Corazón de Jesus, ubicada en Victor Hugo 10602, Cuartel V de Moreno y Nuestra señora de la merced, situada sobre la avenida Calle Real, Merlo.
En lo que respecta a la última institución eclesiástica, desde enero que permiten el ingreso de más personas en situación de calle al templo para que puedan comer. "Antes solamente venían 30, ahora son 80", explicó.
A su vez, en Merlo tuvieron que convocar a ollas de emergencia alimentaria para poder sostener la entrega de viandas a lo largo de toda la comunidad necesitada. "No es común que la demanda se prolongue en el tiempo. Temo que con los recortes en las escuelas los comedores se sobrecarguen", concluyó la autoridad en charla con Clarín.
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